La decisión judicial de la puesta en libertad de los cinco menores de entre 15 y 17 años detenidos por la presuntas violaciones a dos niñas de 12 y 13 años ocurridas el pasado 16 de mayo en una casa abandonada de la localidad valenciana de Burjassot, resulta todavía más llamativa si tenemos en cuenta que el propio equipo técnico asignado a los juzgados y la Fiscalía de Menores, compuesto por psicólogos, trabajadores sociales y educadores, recomendó en su informe pericial, tras evaluar a los cinco presuntos agresores sexuales, el internamiento de cuatro de ellos.   

La Fiscal de Menores recoge en su solicitud de internamiento en régimen cerrado de estos cuatro menores precisamente las conclusiones a las que llegaron este equipo de expertos, cuyos informes periciales suelen tener una gran validez de cara a adoptar medidas cautelares o en el posterior juicio, al tratarse de personal cualificado en sus distintas ramas y a los que se les presupone una imparcialidad como a los forenses o psicólogos del Instituto de Medicina Legal.

Sin embargo, como ya informó en su momento este periódico, la titular del Juzgado de Menores número dos de València optó por no atender a la solicitud de la Fiscalía de Menores y acordó la libertad vigilada de los cinco menores el pasado jueves, y solo estableció como medida de protección una orden de alejamiento de 200 metros y prohibición de comunicación respecto de las dos víctimas.

La polémica decisión, que también hacía oídos sordos a la recomendación de este equipo técnico que ese mismo día había evaluado a los presuntos agresores, fue adoptada cuando la fiscal ya se había marchado de las dependencias judiciales. Un día después la Fiscalía de Menores recurrió la puesta en libertad de cuatro de los cinco menores –el quinto al parecer se habría marchado de la casa antes de producirse la violación grupal– y solicitó de nuevo el internamiento de éstos argumentando la "especial vulnerabilidad" de las víctimas y el posible riesgo de fuga dado lo elevado de las penas aparejadas al delito de agresión sexual a menor de edad que se les atribuye, tal y como adelantó Levante-EMV, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, en su edición digital.

La decisión de libertad vigilada de cuatro de los menores fue recurrida un día después por la Fiscalía

En los autos de libertad la jueza ya reconocía "indicios racionales de comisión de delito" y "factores de riesgo", pero pudieron pesar en su decisión algunas de las argumentaciones esgrimidas por los letrados de la defensa, entre ellas unas conversaciones de Whatsapp y un vídeo íntimo de una de las niñas –que realmente nada tiene que ver con los hechos–, y que todavía no ha sido aportado a la causa.

Una de las cuestiones que contempla el código penal a la hora de valorar este tipo de delito contra la indemnidad sexual de una persona menor de 16 años es que la diferencia de edad entre víctima y agresor no sea excesiva. Puede que ese haya sido otro de los motivos por los que la jueza no adoptara una medida más restrictiva de internamiento.

Por otra parte, como informó este martes Levante-EMV la asociación de Consumidores en Acción FACUA ha denunciado ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) la difusión de un vídeo en redes sociales en el que aparecen las dos víctimas, a quienes se les identifica claramente. Además de tratarse de menores, la publicación y difusión de sus imágenes –aunque las hubieran subido ellas de forma voluntaria a Instagram– podría ser constitutivo de un delito contra la intimidad de las víctimas. 

"No podemos retroceder y volver al miedo"

Tras las dos agresiones sexuales grupales en apenas una semana ocurridas en Burjassot y Vila-real, y la puesta en libertad de todos los menores presuntamente implicados, la delegada del Gobierno, Gloria Calero, lanzó ayer una reflexión durante el acto del 178 aniversario de la Guardia Civil, "hay que preguntarse qué mensaje se está dando a la sociedad".

"Las mujeres tienen el derecho de ir como quieran y salir cuando quieran, no podemos retroceder, volver al miedo", remarcó Calero, quien lanzó una pregunta a los hombres: "¿Qué os está pasando?".