Agentes de la Policía Nacional han liberado a ocho mujeres y han desarticulado una organización criminal que, presuntamente, las explotaba sexualmente en pisos de citas ubicados en la provincia de Valencia.

Las víctimas, mujeres de origen colombiano en su mayoría, eran captadas en su país de origen a través de redes sociales donde las ofrecían trabajos legales y dignos en España.

Una vez en España eran obligadas a prostituirse en los citados pisos, donde una de ellas llegó a ser violada por uno de los puteros sin que ningún miembro de la organización lo impidiera.

En la operación policial se ha detenido a 10 personas --cinco en la provincia de Valencia, tres en A Coruña y dos en Zaragoza-- y se han incautado 21.450 euros en metálico, varios teléfonos móviles y videocámaras de vigilancia.

La investigación policial se inició gracias a una denuncia que alertaba de la posible existencia de un grupo criminal conformado por ciudadanos sudamericanos dedicados, presuntamente, a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, tráfico de drogas y prostitución, explica la Jefatura Superior en un comunicado.

Las indagaciones realizadas por los agentes constataron la existencia de esa organización, asentada en la provincia de Valencia pero que anteriormente había operado en las provincias de A Coruña y Zaragoza.

Los pisos donde el entramado criminal prostituía a sus víctimas contaban con sistemas de videovigilancia que permitían controlar todos sus movimientos. Las mujeres eran obligadas a anotar en cuadernos los servicios que realizaban, incluido el método de pago, que podía ser en metálico, a través de plataformas de pagos móviles o mediante tarjeta de crédito.

Esa relación de servicios y el dinero en metálico recaudado debían introducirlo en sobres con sus nombres y depositarlos en buzones que el entramado había instalado en cada uno de los pisos.

De manera periódica, los explotadores recogían los sobres apropiándose del 40 por ciento de cada servicio y entregando el resto a las mujeres, de tal modo que ellas no llegaban a disponer libremente del dinero que generaban.

Estupefacientes y potenciadores sexuales

La organización criminal, de origen sudamericano, incrementaba sus beneficios con la venta de sustancias estupefacientes y potenciadores sexuales a los puteros. Cuando estos las solicitaban, las mujeres se ponían en contacto con miembros de la organización que se encargaban de su distribución y venta.

Las indagaciones realizadas por las agentes permitieron descubrir que esas sustancias eran almacenadas en una motocicleta estacionada de manera permanente en el garaje de uno de los pisos controlados por la organización.

La investigación ha finalizado con la detención de 10 personas en las provincias de Valencia, Coruña y Zaragoza, así como el registro de seis domicilios en la provincia levantina donde se han incautado 21.450 euros en metálico, varios teléfonos móviles, videocámaras de vigilancia y numerosa documentación de interés para la investigación.