Durante más de dos décadas el llamado Tío Toni, Antonio G. L., fue creando alrededor de su figura una comunidad de personas que vivían en supuesta armonía y paz con la naturaleza, en una enorme masía de Vistabella del Maestrat, con un solo objetivo, ayudarle en su misión sanadora que tenía en la Tierra, la de "instruir a los niños porque son los más puros y los que podrán transmitir la luz a todo el mundo".

Esa era la ilusión ficticia que había creado poco a poco y que sus seguidores habían ido asimilando a pies juntillas hasta el punto de ser capaces de soportar abusos —tanto a ellos como a sus propios hijos—, agresiones y humillaciones de todo tipo.

Durante más de dos décadas el llamado Tío Toni, Antonio G. L., fue creando alrededor de su figura una comunidad de personas que vivían en supuesta armonía y paz con la naturaleza, en una enorme masía de Vistabella del Maestrat, con un solo objetivo, ayudarle en su misión sanadora que tenía en la Tierra, la de "instruir a los niños porque son los más puros y los que podrán transmitir la luz a todo el mundo".

Esa era la ilusión ficticia que había creado poco a poco y que sus seguidores habían ido asimilando a pies juntillas hasta el punto de ser capaces de soportar abusos —tanto a ellos como a sus propios hijos—, agresiones y humillaciones de todo tipo.

Los investigadores sospechan, tal como les han trasladado algunas de las víctimas, que varios de los niños liberados de esta secta destructiva son hijos del líder arrestado, de 64 años, quien ya se encuentra en prisión provisional.

Según ha podido saber este periódico, tras descubrirse los abusos sexuales con acceso carnal a los que presuntamente sometía a las mujeres de la comunidad mientras sus parejas estaban trabajando, así como al apreciar rasgos físicos del acusado en varios de los menores, varias de las víctimas tienen pensado solicitar pruebas biológicas para establecer la paternidad de al menos cinco niños cuyos supuestos padres tienen serias dudas sobre si son realmente hijos biológicos suyos o del cabecilla de la secta.

Condicionadas por el líder

Estas relaciones sexuales con las mujeres de la comunidad se producían, según las fuentes consultadas, sin que sus parejas tuvieran conocimiento de ello. Además, las víctimas estaban condicionadas por su líder espiritual y accedían bajo la creencia de que su acción potenciaría el supuesto "poder sanador" del cabecilla, erigido en maestro reiki con sus propias fórmulas.

Estos encuentros sexuales con las mujeres adultas, que Tío Toni mantenía en secreto, sin compartirlo con el resto de la comunidad, se producían bajo una especie de trance al que decía llegar el cabecilla. Aunque las defensas tratarán de acreditar que estos actos eran consentidos por las víctimas, estas deberán ser exploradas por especialistas en psiquiatría para saber el grado de afectación cuando dieron ese supuesto consentimiento.

El pederasta decía a las niñas y a sus padres que los actos sexuales les enseñarían a relacionarse con los hombres en el futuro

El pasado martes los investigadores, con el apoyo de unidades de asalto de la Policía Nacional y del helicóptero, arrestaron al presunto líder de la secta, de 64 años, a su esposa —ambos ya en prisión provisional— y a otros siete acólitos. Seis de ellos han quedado en libertad y algunos habrían sido a su vez víctimas de los delitos que presuntamente se cometían en la casa. 

Además fueron liberados dos menores, de ocho y trece años, cuya tutela ha asumido de urgencia la Generalitat, tal como adelantó ayer este diario.

Los agentes se incautaron de objetos sexuales, que presuntamente eran utilizados por el cabecilla en las violaciones a niñas, a partir de los 15 y los 16 años, enmascaradas bajo ejercicios educativos de iniciación sexual. El mensaje que trasladaba a las menores, y a sus padres, es que así sabrían relacionarse con los hombres el día de mañana.

¿Cómo se destapó todo?

En marzo de 2021 casi una decena de personas que habían estado durante años viviendo en esta comunidad, después de armarse de valor y salir de este círculo vicioso, en el que muchos todavía tenían familiares dentro, contactaron con un experto en sectas. Sin ser conscientes de la gravedad de lo que habían vivido, con un claro sentimiento de culpabilidad, relataron algunas de las prácticas que presenciaron o de las que fueron víctimas directas o indirectas.

Después de recopilar información a través de varias sesiones durante meses con este especialista y una psiquiatra, cuatro de ellos dieron el paso y denunciaron ante la Policía Nacional. Sin ese acto de valentía, no habría habido intervención policial y el ahora encarcelado y sus seguidores más fieles habrían podido seguir campando a sus anchas con las siguientes generaciones de adolescentes y mujeres.

La Policía analizará las imágenes y los vídeos


Especialistas en pornografía infantil de la Policía Nacional examinarán las imágenes de los abusos y violaciones a menores grabadas en la masía La Chaparra y las rastrearán para saber si el ahora encarcelado o alguno de los miembros del grupo desmantelado ha difundido los vídeos o se ha lucrado con su comercialización. Aunque todo apunta a que Antonio G. L. grababa las ‘sesiones’ sexuales iniciáticas para uso y consumo de la propia comunidad.

El material, así como los dispositivos utilizados para registrar las imágenes y visualizarlas después en conjunto, fue requisado durante el registro del ‘mas’, a primera hora del pasado martes. T.D./I.C. València