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"No puedo hablar, pondría en peligro mi vida y la de mi familia", dicen los arrepentidos del narcosubmarino

Cuatro acusados niegan los hechos y sus defensas apuntan a que querían rescatar a su amigo: “¿Quién iba a dejar 123 millones en droga a un grupo que se comunica usando Whatsapp?”

Los acusados ayer durante la primera sesión del juicio celebrado en Pontevedra.

Si fuera usted miembro de una “potente organización criminal” dedicada al tráfico de cocaína a nivel mundial y si tuviera los medios tecnológicos y financieros suficientes como para fletar un semisumergible capaz de cruzar el Atlántico desde Brasil a Galicia cargado con tres mil kilos de cocaína..., “¿dejaría un cargamento de droga por valor de 123 millones de euros en manos de un grupo de amigos que se comunican por Whatsapp?”.

Esta cuestión, planteada por uno de los abogados de la defensa de cuatro de los siete detenidos en relación al alijo de droga intervenido en el narcosubmarino de Aldán va a ser la que centre, en buena parte, el juicio que ayer comenzó en la Audiencia de Pontevedra por este rocambolesco y célebre episodio del narcotráfico en Galicia.

Los tres tripulantes reconocieron los hechos que les imputa el fiscal, pero sin dar datos sobre otros participantes en la operación

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Y es que, con esta pregunta y alguna otra alusión realizada por los abogados de los cuatro acusados que niegan los hechos, los letrados dejaron entrever la que probablemente será su principal línea de defensa: que estas cuatro personas no tuvieron participación en el transporte de cocaína y que su única intervención, si la hubo, fue para “auxiliar a un amigo” que se encontraba en serias dificultades en alta mar, en medio de un temporal.

Este amigo no sería otro que Agustín Álvarez Martínez, el vigués que formaba parte de la tripulación del semisumergible junto a dos ciudadanos ecuatorianos: Pedro Delgado Manzaba y Luis Tomás Benítez Manzaba. Los tres reconocieron ayer los hechos que les imputa el fiscal pero lo hicieron respondiendo solo a las preguntas de sus abogados y sin dar detalles sobre la supuesta participación del resto de los implicados en la trama.

En su declaración, Agustín Álvarez aseguró que fue la “necesidad económica” la que le llevó a embarcarse en esta operación. “Tenía 29 años y sí, me arrepiento”, dijo al tribunal. Afirmó que era el dueño de la mercancía (tampoco dio datos de quien le realizó el encargo) y rechazó que fuese el piloto del sumergible. También negó que la nave tuviera un sistema de navegación automático. Reconoció que sí se comunicaba con tierra con un teléfono satelital para señalar la situación de la nave pero no desveló con quien lo hacía. Posteriormente, relató al tribunal su buen comportamiento en prisión en donde estudia y es tutor de dos internos con enfermedades mentales.

Arranca el juicio del narcosubmarino de Aldán: los tres tripulantes se declaran culpables

Arranca el juicio del narcosubmarino de Aldán: los tres tripulantes se declaran culpables Rafa Vázquez

Miedo por la familia si hablan

Más breves fueron los dos acusados de nacionalidad ecuatoriana. Ambos negaron ser los dueños de la droga u ostentar la jefatura en la operación. Luis Tomás Benítez reconoció ser uno de los tripulantes del narcosubmarino pero dijo que no quiere colaborar dando más detalles “por que mi vida y la de mi familia estaría en peligro” . Accedió a participar en el narcotransporte “por la crisis económica de mi país”. En términos similares se expresó Pedro Roberto Delgado Manzaba. Dijo que no podía hablar más “pues saben como es la situación en mi país y pondría en peligro mi vida y la de mi familia”. En su caso asegura que se embarcó “porque tenía un niño de dos años con cáncer” y “ya no pude llegar”. También dijo estar arrepentido. Son los únicos tres acusados que permanecen en prisión provisional. Aunque los tres reconocieron los hechos, mostraron su disconformidad con las penas de prisión que solicita el fiscal.

El resto de los procesados, Iago Serantes (vigués con domicilio en Palma de Mallorca), Enrique Carlos Serantes Giráldez (vigués y padre del anterior), Rodrigo Hermida Movilla (natural de Santiago de Compostela, con domicilio en Vigo y hombre que supuestamente esperaba en la playa de O Foxo la llegada de los tripulantes del narcosubmarino) y Iago Rosende (vigués y con domicilio en Lleida) negaron los hechos pero su versión no se podrá conocer hasta después de que finalice la práctica de la prueba, dado que las defensas pidieron aplazar su declaración a este instante y así lo aceptó el tribunal.

Un agente explica que uno de los detenidos en tierra confesó en sede policial que Serantes le ofreció "entre 15.000 y 20.000 euros por participar en una descarga"

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Descarga por 15.000 euros

Así que, después de los tres acusados confesaron los hechos, declaró uno de los mandos del ECO de la Guardia Civil que lideró la investigación. Este agente relató como llegaron las primeras noticias de que se iba a realizar un envío de cocaína en un semisumergible a través de la DEA y la Inteligencia Británica, como se pusieron en marcha sistemas de vigilancia por el litoral y como el submarino fue detectado en la madrugada del 24 de noviembre de 2019 en la playa de Foxos. Recordó que allí fue identificado Rodrigo Hermida Movilla en un coche con las luces alumbrando hacia el mar y tres bolsas con ropa de recambio y barritas energéticas para tres personas. El agente explicó que en aquel momento Movilla no fue detenido dado que se desconocía su vinculación con el sumergible.

Cuando al fin se produjo su arresto, aseguró que en sede policial involucró a Iago Serantes, diciendo que fue él quien le ofreció participar en una descarga de cocaína a cambio de “entre 15.000 y 20.000 euros”.

El fiscal pide para los siete acusados 13 años y medio de prisión y multas millonarias.

El semisumergible en la ría de Aldán. GONZALO NUNEZ

La Guardia Civil cree que el grupo se vio abocado a “un plan B”

Según las declaraciones de este agente de la Guardia Civil que participó en la investigación, Iago Serantes era quien se comunicaba desde tierra con Agustín Álvarez en el narcosubmarino. Este investigador del ECO concluye que había dos potentes organizaciones intentando introducir este transporte, una que enviaba la droga y otra que debía recibirla. Explicó que a partir del día 19 de noviembre, fracasó el plan principal y decidieron “activar un Plan B” y que eso motivó el viaje de Iago Serantes y Iago Rosende desde Las Palmas y Lleida a Vigo para planear una solución alternativa. Es ahí donde, a preguntas del fiscal, sitúa los intentos de los acusados de buscar una embarcación para intentar llegar hasta el narcosubmarino o de un camión para llevar la droga. Las defensas dejaron caer la inverosimilitud de que “un plan desarrollado en apenas un día” se corresponda con el habitual proceder de una “potente” organización criminal. Por ello, le preguntó al agente si no barajaron la hipótesis de que este grupo de conocidos de Agustín lo que hubiera hecho no habría sido “acudir en ayuda de un amigo que le llamó por el satelital para pedir ayuda” cuando se encontraba en apuros en el mar. El presidente de la sala evitó la respuesta del agente, al considerar estas palabras “más un discurso, que una pregunta”.

Una de las defensas planteó la hipótesis de si no pudieron haber salido "a auxiliar" a un amigo que se hallaba en dificultades

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El fiscal antidroga, también puso sobre la mesa como pruebas conversaciones de Whatsapp entre los implicados en los que se señala, por ejemplo, que “el gorrión está en el nido”, que el agente cree que hacen referencia al momento en el que logran que Agustín, que huyó de los agentes tras bajar del submarino, se ocultó en una casa de madera de O Hío hasta que fue detenido.

"El hundimiento fue deliberado"

El agente del ECO Galicia que prestó declaración también confirmó a preguntas del fiscal que los fardos de cocaína venían preparados de tal forma que su contenido no se viese afectado por el agua. “El hundimiento fue deliberado”, indicó, al tiempo que señaló que tenía “dos válvulas o canalizaciones preparadas para hacerlo”. Consideran que el plan era volver luego a por los paquetes y explica que sería “factible recuperarlos”.

La Guardia Civil interceptó mensajes en los que los acusados hablaban de quedarse con cinco fardos de la mercancía

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Tras las detenciones, los agentes lograron realizar los volcados de la mensajería de Whatsapp de algunos de los implicados, en los que supuestamente hablan, explican los agentes, de quedarse con parte de la mercancía: Concretamente cinco paquetes y señalan que “esa era tu idea desde el principio”, lo que, para los agentes, indica que la relación de los procesados con el transporte no es fruto de una coincidencia o plan de última hora. También se preocupan por el destino del narcosubmarino, explicando que desconocen como había logrado el tripulante vigués y su supuesto contacto a bordo, Agustín Álvarez, repostar gasolina: “Se la habrá dado el Negro”, indican, una persona que no pudo ser identificada pero que, a los agentes, les permite interpretar que conocían a otros miembros implicados en la organización del narcotransporte que no cayeron en manos de la Guardia Civil.

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