La Policía Nacional ha puesto en la mañana de este viernes a disposición de la Audiencia Nacional a Joost Knevel, supuesto terrorista holandés que las autoridades de su país buscaban acusado de haber participado en una cadena de amenazas de muerte a diversas autoridades sanitarias de gestión de la pandemia.

Han encontrado a Knevel agentes de la Brigada de Información de la Policía en Valencia, en una operación coordinada por la Comisaría General de Información. El detenido se escondía en la localidad valenciana de Gandía, tras haber sido puesto en busca y captura por la justicia neerlandesa. Este jueves fue capturado.

Con otros dos colaboradores, Micha Kat y Wouter Raatgever formaba un grupo al que la prensa de Holanda llama "banda de la teoría de la conspiración". A lo largo del primer año de pandemia, difundían a gran número de seguidores en las redes sociales mensajes desestabilizadores contra las autoridades del país y dando como falsas las recomendaciones sanitaria contra el covid. El grupo, informan fuentes policiales, estaba ligado a la corriente negacionista, la misma que en países del norte de Europa ha adquirido algunos perfiles violentos en la calle, después de un rápido cultivo en internet.

El objetivo más señalado de Knevel fue el director del Instituto Estatal del Control de Infecciones y del Medio Amiente (RIVM) de Holanda, Jaap Van Dissel, al que su grupo de negacionistas decía desear "una explosión". Durante meses lo relacionaron con una "red satánica" de pederastia, hasta que la justicia les ordenó bajo advertencia de cárcel dejar de injuriar al Fernando Simón de Holanda.

Sobre el relato de esa red, habían alborotado -y después aterrorizado- antes de la pandemia a la localidad holandesa de Bodegraven, en cuyo cementerio decían que se enterraban a niños víctimas de la trama. En el mismo cementerio dejaron una de sus amenazas de muerte, esta vez contra el alcalde de Bodegraven, por conceder un premio a Van Dissel.

Contra Joost Knevel había una orden europea de detención de la justicia holandesa, y ahora toca a la Audiencia Nacional tramitar la extradición del detenido. El negacionismo violento llegó a ser un serio problema de orden público en países como Holanda, Dinamarca y Alemania, donde unos llamados "hombres de negro" provocaban alborotos callejeros al participar en protestas civiles contra las órdenes de confinamiento recomendadas por las autoridades sanitarias.

A finales de enero, Amsterdam, Eindhoven, Rotterdam y La Haya fueron escenario de protestas incendiarias contra el toque de queda. El gobierno holandés había dimitido por las críticas recibidas a su gestión de la pandemia, y numerosos jóvenes quemaban mobiliario urbano por las noches movidos por los mensajes de grupos como el del negacionista detenido ahora por la Policía Nacional.