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Fallece en Asturias un guardia civil jubilado que estaba a la yerba, al quedar atrapado en su coche cuando se originó un incendio

Los investigadores creen que unos rastrojos incendiaron el vehículo en el que estaba Eladio Currás, de 66 años, en Cenero

Coche calcinado.

Un "desgraciado accidente", tal como lo califican los compañeros de la Guardia Civil, acababa ayer con la vida de Eladio Currás Iglesias, agente en la reserva del destacamento de Tráfico de Gijón. La quema de unos rastrojos en una finca de Cenero habría alcanzado el vehículo en el que en este momento estaba Eladio Currás, calcinándolo por completo y provocando la muerte en el acto del agente jubilado.

El fatal accidente ocurrió ayer martes, sobre las 14.30 horas. A esa hora fue cuando el servicio de Bomberos de Gijón recibió un aviso por un pequeño incendio forestal que empezaba a descontrolarse. Cuando llegaron a la zona se encontraron que en la finca afectada había un coche calcinado y en su interior estaba el cuerpo de un individuo, que resultó ser Eladio Currás Iglesias. El guardia civil, que se había jubilado hace un año, tenía 66 años y era de los veteranos del destacamento de Tráfico de Gijón, a donde fue asignado hace casi 40 años. Antes había estado destinado en Mieres.

"Muy buen paisano y muy buen compañero. Es una tragedia", decían tras conocer lo sucedido algunos de los que fueron sus compañeros. Aunque la investigación sigue abierta, las primeras informaciones aportadas por los propios compañeros indican que el agente jubilado podría estar a la hierba, en un prado de la parroquia gijonesa, con un amigo. Iniciado el incendio, se desconocen las razones por las que movió el coche, con el resultado terrible de quedar atrapado. "Pudo intentar mover el coche, o hacer algo que no sabemos, para que no le alcanzara el fuego y el caso es que quedó atrapado", contaban los conocidos, muy apenados. El hombre que le acompañaba se habría ausentado para dar la alarma y a la vuelta no pensó que su compañero estuviera en el vehículo.

Portavoces oficiales de la Guardia Civil, por su parte, explica que, en principio, las llamas se originaron en unos rastrojos de una finca que, por causas que aún se desconocen, alcanzaron el vehículo de Currás.

El hallazgo, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, pasó desapercibido para buena parte de los vecinos de la zona. Veranes es un lugar montañoso y es precisamente la orografía del terreno la que podría haber impedido que los residentes de la parroquia que vivían en lugares próximos al lugar de los hechos se dieran cuenta de lo que sucedía. La intervención de los bomberos fue clave para evitar que las llamas no pasaran a más.

Desde la asociación Jusapol se trasladaban las condolencias por lo sucedido en Gijón a un veterano compañero. "Sabemos que no hay consuelo para su familia, nos unimos a su dolor", transmitían desde la entidad.

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