Un psiquiatra de Murcia está siendo investigado judicialmente por, presuntamente, acosar sexualmente a una paciente, a la que mandó mensajes preguntándole si "estaba húmeda" y proponiéndole "echar un par de polvos". La víctima acabó denunciando ante la Policía lo que estaba padeciendo y el caso fue judicializado. La investigación se encuentra en marcha en estos momentos, aunque el imputado, que tiene su consulta aún abierta en una céntrica avenida de la capital murciana, pidió que el asunto se archivase, algo que la Audiencia Provincial de Murcia ha rechazado: seguiría tramitándose.

La víctima, una joven de 25 años, comenzó a recibir tratamiento psiquiátrico por problemas de sueño: iba una vez al mes a la clínica del sujeto y cada semana, además, acudía a la de la esposa de este, que es psicóloga, una mujer que no está siendo investigada. Dos meses después de comenzar a visitar al doctor, la joven empezó a recibir en su móvil mensajes de él de forma continua y de tono sexual, tal y como recoge el documento de la Audiencia.

Uno de esos mensajes, que la víctima mostraría posteriormente a la Policía y queda recogido en la instrucción, decía: "Si tú y yo hubiésemos echado un par de polvos y después nos hubiésemos tomado churros con chocolate, estaríamos durmiendo ahora como los ángeles, perdona la confianza". En otro texto que recibió la joven, el psiquiatra, presuntamente, le propone "comer en un lugar que está de puta madre y luego haremos el amor hasta quedar extenuados". Añadía emoticonos de besos y llegó a enviar vídeos pornográficos.

La joven explicó luego a la Policía que siguió acudiendo a las sesiones con este doctor porque era el único que había acertado con la medicación. Al final, agobiada, la víctima se lo contó todo a su psicóloga (y pareja del médico) y acudió a la Policía a denunciar. Al día siguiente, ratificó su denuncia en sede judicial.

El doctor, por su parte, alegó que los mensajes eran "de guasa y colegueo" y sostiene que él nunca llegó a solicitar favores de naturaleza sexual. Además, dice que "nada le impedía cambiar de médico". Aportó en su defensa un certificado del Colegio de Médicos de Murcia "que acredita que es un psiquiatra de prestigio, sin tacha o reclamación alguna tras 25 años de ejercicio profesional". Y afirma que los mensajes tienen "un contexto": según él, la chica le decía que la medicación le provocaba "apetito sexual" y que era ella la que le enviaba mensajes de madrugada "con una actitud nada triste ni pesimista". La tacha de "una joven con personalidad narcisista y manipuladora, que no tolera la negativa ni el reproche".

Considera el juzgado, no obstante, que "no se aprecia que fuera una broma" y que sus actos "se valoran capaces de producir agobio y presión suficiente en la chica". La Audiencia Provincial de Murcia tiene claro que el caso ha de seguir adelante y que será en el futuro juicio oral donde se esclarecerán todas las cuestiones que acusación y defensa ponen sobre la mesa, por lo que desestima el recurso del facultativo.