Cuando la mejor amiga de su hija se quedaba a dormir en su casa, les preparaba batidos mezclados con somníferos que le garantizaba que las dos menores seguían dormidas cuando se colaba en su dormitorio por la noche para violar a la primera de ellas mientras dormían juntas. Algunas de estas imágenes fueron grabadas con el teléfono móvil y compartidas en internet. Éste es el relato acusatorio que ayer mantuvo la Fiscalía tras el juicio a un vecino de Alcoy tanto por los abusos sexuales como por la tenencia y distribución de pornografía infantil y por los que pide penas que suman 20 años de prisión.

Los hechos habrían estado ocurriendo entre los años 2013 y 2017 en los distintos domicilios donde el acusado y su familia residían en Alcoy. El matrimonio se dedicaba al cuidado de personas mayores y en el registro policial se encontró abundante medicación que el acusado usaba para calmar los dolores de la persona a la que cuidaba. Las acusaciones sostienen que utilizó estos fármacos para cometer los abusos. Los abusos habrían empezado cuando la menor contaba con siete años y se fueron repitiendo cuando ésta se quedaba a dormir en la casa.

Según el testimonio de las menores, ambas siempre se encontraban mal tras beberse los batidos que les preparaba el acusado. "No sabíamos si era porque la fruta estaba podrida o porque la leche estaba en mal estado", aseguraron. Alguna de ellas se había quedado dormida en el pasillo cuando se levantó en mitad de la noche para ir al baño.

La hija del acusado relató ayer al tribunal que descubrió los hechos un día que estaba en el ordenador del domicilio familiar. En unas carpetas se encontró vídeos sexuales explícitos con menores de edad. En alguno de ellos reconoció a su amiga en grabaciones hechas con un teléfono móvil mientras dormía. La mano que le hacía tocamientos también pudo reconocerla, porque era la de su padre. "Tenía un lunar al lado del pulgar y el anillo de boda", aseguró al tribunal. La joven alertó de su descubrimiento tanto a su madre como a su amiga e interpusieron una denuncia ante la Policía.

La víctima de los abusos aseguró que el acusado siempre había tratado de tocarla cada vez que se quedaba a solas con ella en la casa. La joven aseguró que hubo otros abusos anteriores. Las acusaciones sostienen que en los primeros años el procesado no usaba ningún tipo de medicación, pero comenzó a emplearla cuando crecieron y aumentó el riesgo de que despertaran, siendo más conscientes de lo que pasaba.

El acusado negó ayer todo en el juicio. "Yo no hago esas cosas", aseguró y mantuvo que ni forzó a la amiga de su hija, ni grabó imágenes sexuales de esos encuentros , ni se descargó pornografía infantil de internet. Según su versión, el ordenador que había en la casa era usado hasta por diez personas distintas y los discos duros con contenido pedófilo que intervino la Policía los había encontrado en la basura. El hombre atribuyó la denuncia a una venganza de su esposa porque se presentó después de una discusión en Nochevieja.

Denuncia por venganza

La defensa incidió en que nadie ha visto el vídeo en el que aparecen los supuestos abusos de la menor. "La madre ha podido influenciar a la menor y a su familia", dijo. La abogada cuestionó las técnicas exploratorias con la víctima, al consistir en hacer que recuerde cosas olvidadas.

El ordenador del acusado había sido formateado cuando se produjo el registro, pero la Policía pudo recuperar material pedófilo explícito entre los archivos borrados. El procesado explicó que ese formateo se había debido a que el ordenador se infectó con un virus al descargarse una película y se abrían banners de publicidad con acceso a páginas pornográficas y se lo pidió a una amiga porque ese ordenador lo usaba su hija y no quería que los viera. La menor aseguró que su padre sabía que ella había visto los vídeos, porque aparecían en el historial de las últimas reproducciones de archivos.

Borrado de imágenes en la computadora

La Policía pudo recuperar archivos con material pedófilo que habían sido descargados tanto en el ordenador del acusado, como en algunos de los discos duros. Los agentes aseguraron que al equipo se llegaron a conectar hasta ocho unidades USB diferentes, pero solo se pudo encontrar uno en el registro. Pese al borrado se pudieron detectar más de 300 archivos con material pedófilo explícito y que estuvieron compartidos en Internet.