El joven hallado muerto en las proximidades del pueblo ibiense de Alguerdo, a poca distancia del bosque de Muniellos, falleció por causas naturales, y no se descarta que hubiese podido morir por hipotermia, según datos de la autopsia. El cadáver se encontró esqueletizado junto a su mochila y sus objetos personales. Una de las hipótesis es que pudiese haberse echado a dormir y hubiese muerto de frío. El cadáver, según la autopsia, no presenta signos de violencia y se descarta, por la posición del cuerpo, que hubiese sufrido un accidente. Se han tomado muestras de ADN para su comparación con las de sus familiares e identificarle de forma fehaciente, aunque todo apunta a que se trata de Fiz Patiño Rubal, de 23 años, del que no se tenía noticia desde el pasado mes de septiembre.

Los hechos indican que el joven se dirigía andando posiblemente hacia León, al encontrarse cerca de una senda que conduce a la comunidad vecina. Había llegado procedente de Lugo. El cuerpo fue devorado parcialmente por los animales después del fallecimiento. Los motivos exactos de la muerte quizá no se sepan jamás dado el estado en que se encontró el cadáver.

El domingo por la tarde, dos personas que estaban paseando por los alrededores de Alguerdo se encontraron con una mochila y con los restos humanos a poca distancia. El lunes, a primera hora de la mañana, llegaron al lugar agentes de la Guardia Civil, así como operarios de la funeraria, que se hicieron cargo de la recogida de los restos y de su traslado al Instituto de Medicina Legal de La Corredoria, en Oviedo, donde se practicó la autopsia y se tomaron diversas muestras.

Larga búsqueda

Hay una gran probabilidad de que pueda tratarse del joven gallego Fiz Patiño, que desapareció el pasado 16 de septiembre en la localidad coruñesa de Narón. En noviembre, la Guardia Civil de Asturias se sumó a la búsqueda del joven desaparecido y realizó varias batidas.

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El Cuerpo Nacional de Policía del Ferrol solicitó la colaboración a la Comandancia de Oviedo, puesto que se sospechaba que podría haber llegado al concejo de Ibias. Cuando se marchó de Narón dejó dicho que iba a un evento en Lugo. Al no dar señales de vida, saltaron las alarmas, puesto que era un joven que precisaba de medicación. Vecinos del municipio del suroccidente asturiano aseguraban haber visto al muchacho –muy característico, puesto que medía 1,80, pesaba unos 80 kilos, tenía el pelo castaño ondulado y los ojos azules– en la capital del municipio y luego en el pueblo de Bustelo, situado cerca de Alguerdo, donde se produjo el hallazgo de los restos este domingo.