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La confesión del conductor que arrolló mortalmente a un guardia civil: "Fue una fatalidad; estoy desolado"

Agentes en el lugar del accidente, el pasado lunes. | Ángel González R. G. / M. Á. G.

“Estoy abatido y desolado. Quiero mandar el pésame a la familia. Lo siento muchísimo; el accidente fue una fatalidad”. El conductor de la furgoneta que el pasado lunes arrolló mortalmente al guardia civil Ángel Antonio Ambrosio en un control de movilidad en la Autovía Minera, en Mieres, manifestó ayer por boca de su abogado, Guillermo Calvo Franco su pesar por lo ocurrido. En el suceso también resultaron heridos dos agentes y el conductor de un turismo que en ese momento estaba siendo arrestado por posesión de drogas.

“Me encontraba trabajando y cuando vi el control de la Guardia Civil ya estaba muy encima”, señaló ayer el conductor de la furgoneta, un repartidor gijonés que trabaja en una empresa de paquetería y que hacía el trayecto de Gijón a Madrid. “Intenté hacer una maniobra evasiva, pero no pude evitar el accidente. Ese día no llevaba mi furgoneta, llevaba una de alquiler a la que no estoy habituado”, expuso el hombre por medio de su letrado. Guillermo Calvo remarcó que su cliente “está afectadísimo y lo siente mucho. Todo fue un cúmulo de circunstancias que desembocaron en esta fatalidad”.

Zona con buena visibilidad

El suceso se produjo en el kilómetro 3,400 de la Autovía Minera, ya en el concejo de Mieres. En una zona con buena visibilidad en la que, tras el suceso, no quedaron marcas de frenada ninguna. El conductor de la furgoneta no vio el control de la Benemérita hasta que ya lo tenía encima. Iba despistado. Esa es la primera hipótesis que manejan los agentes encargados de la investigación del caso: los miembros de la agrupación de Tráfico de la Comandancia de Oviedo. En un primer momento se barajó que pudiera estar manipulando el GPS. Los agentes le pidieron el teléfono móvil, aunque se lo devolvieron posteriormente. Según fuentes de la investigación, el repartidor que conducía la furgoneta declaró a los agentes que tuvo una distracción momentánea mientras estaba manipulando la radio del vehículo. Se le investiga como presunto autor de un delito de homicidio imprudente y tres más de lesiones.

Los testigos de los hechos aseguran que el conductor de la furgoneta “tiró todos los conos del control”

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Los testigos de los hechos aseguran que el conductor de la furgoneta “tiró todos los conos del control”. “No se dio cuenta ni tan siquiera de que estaba llegando a una zona con gente”, matizan. Los guardias habían dado el alto en un control al conductor de un vehículo, un Opel Astra. El hombre estaba siendo arrestado por posesión de drogas y los agentes se encontraban a punto de levantar el dispositivo. Eran las seis y veinticinco de la tarde, cuando una furgoneta los arrolló. Colisionó con el coche que estaba parado, y se llevó por delante al agente que finalmente falleció, al que arrastró unos cien metros, cuando el vehículo pudo por fin detenerse.

Galardón

La Asociación Profesional de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias anunció ayer que ha decidido conceder, a título póstumo, uno de los galardones de la Seguridad Privada Asturias 2021, en su séptima edición, a Ángel Antonio Ambrosio: “Su unidad ya había sido reconocida, en la categoría nacional, con uno de nuestros galardones, pero queremos significar no solo su valor profesional, sino también el personal y humano, con un reconocimiento publico el 8 de mayo de La Felguera”.

Ambrosio, con un perro en el albergue de animales de Mieres.

"Tono", un agente muy querido

El fallecido, Ángel Antonio Ambrosio, era una persona muy conocida y querida en Mieres, ciudad de la que era natural y en la que seguía residiendo. La suya era una vocación de servicio público, que además, le venía de familia. Su padre, Antonio Ambrosio, fue durante cuarenta años Policía Nacional en Mieres. Su hermano, Hugo Ambrosio, también era agente de este mismo cuerpo en la villa.

Alumno del colegio Santiago Apóstol, era un buen deportista al que le gustaba sobre todo practicar el baloncesto, jugando en el equipo del Grupo Hunosa. Desde muy joven demostró que quería seguir los pasos de su padre, pero en su caso, en la Guardia Civil. Con tan solo 18 años ingresó en el cuerpo armado. Su primer destino fue en Cantabria, en la localidad de Laredo, en la que permaneció varios años hasta conseguir ser destinado a su tierra, Mieres. De carácter activo, hace más de una década pidió entrar en la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de Oviedo, en la que permanecía a sus 47 años.

Intervino en la captura de 'Tomasín'

“Tono”, como lo llamaban sus amigos y conocidos, destacó por su trabajo en uno de los casos más sonados y particulares que ha dado en los últimos años la crónica de sucesos en Asturias: la persecución y captura de “Tomasín”, Tomás Rodríguez Villar, que mató a su hermano en Tineo en verano de 2011 y que permaneció huido por el monte durante dos meses, hasta su captura el 29 de octubre. En 2019, el mierense siguió mostrando su vocación al servicio público al participar en una misión de carácter humanitario de seis meses de duración en el Líbano.

Ángel Antonio Ambrosio vivía desde hace dos décadas con su pareja sentimental. Una de sus principales aficiones eran los animales. Tenía dos perros, y en los últimos años se había mostrado muy activo como voluntario en el albergue municipal de animales de Mieres. Una anécdota narrada en las redes sociales por sus conocidos explican cómo era como persona. “Tono”, como era conocido en la villa, se encontró “a un cachorro perdido paseando por el monte”. Su muerte parecía segura, pero “no dudó en recogerlo, y buscó a sus dueños” con ahínco. Como no pudo encontrarlos, se encargó personalmente “de encontrar una nueva familia” al animal. “Así era Tono”.

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