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Agente K-9

Así es Turko, el perro de la Guardia Civil que localizó 640.000 euros en un maletero

Tiene cuatro años y es un labrador macho color chocolate. Está especializado en detectar droga y dinero en coches y personas

El agente canino de la Guardia Civil Turko localizó 82 kilos de hachís en noviembre.

El conductor de un Mazda 5 color gris, un hombre de unos 40 años, llevaba mucho dinero escondido en el coche cuando la Guardia Civil de Toledo le paró, una mañana de diciembre, en un control de tráfico por el coronavirus. Mientras enseñaba su documentación a los agentes de la USECIC, especialistas en orden público y control de masas, otro agente, este de cuatro patas, macho, de cuatro años de edad, raza labrador y color chocolate llamado Turko, empezaba a inspeccionar el coche de mano de su guía, Emilio. La documentación estaba en regla y el hombre no tenía ningún asunto pendiente con la ley, pero Turko marcó una zona del maletero del Mazda.

"Pegó la nariz y se quedó quieto, lo llamamos marcaje lapa", explica su guía, el guardia civil Emilio a El Periódico de Catalunya, medio del mismo grupo editorial que este diario. El agente K-9 no se equivocaba. Allí había unos 40.000 euros. El conductor no supo explicar a los agentes humanos la procedencia del dinero. Mientras, Turko seguía con su trabajo y volvía a marcar con su nariz la zona del salpicadero, en el centro, sobre las rejillas del aire acondicionado, que no funcionaba. Guiados por Turko, los agentes van a descubrir un sistema hidráulico, que se ponía en marcha con una lata de Red Bull. Al abrirse, encontraron allí otros 600.000 euros, muchos de los billetes sueltos y otros envasados en paquetes.

El conductor no llevaba la autorización necesaria para mover más de 100.000 euros en metálico (el formulario S1), ni tampoco justificó el origen del dinero, de forma que fue trasladado a la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo. El dinero fue contado en su presencia y enviado luego al Banco de España, donde está depositado a la espera de que concluya la investigación sobre su procedencia.

Las restricciones a la movilidad por el coronavirus están generando mayores controles en las carreteras y también incautaciones de droga y dinero. La protagonizada por Turko es la mayor cantidad de dinero encontrada por la Guardia Civil en un control rutinario de carreteras en los últimos meses. En el mes de abril, durante el confinamiento más severo, otra agente canina, llamada Noa protagonizó un brillante operativo en la AP-7 a la altura de la localidad de Polopos La Mamola. Ella fue la principal artífice de encontrar 32 fardos de hachís con 1.037 kilos de droga y 863.900 euros que iban ocultos en un camión frigorífico.

En Ceuta y en cárceles

Turko, especializado en detectar drogas y dinero, es hijo de otros dos perros, Lena y Cual, que ya formaban parte de la Escuela de la Guardia Civil, en El Pardo. Estuvo el primer año con una familia de acogida dentro del plan Fénix, recibió adiestramiento y luego fue destinado ya a unidades de investigación. "Es un perro muy completo, puro nervio, trabaja muy bien los dobles fondos y detecta droga y dinero no solo en vehículos, también en personas", explica su guía. Esa polivalencia hace que haya realizado vigilancias en Ceuta y también en las cárceles de Ocaña y Herrera de la Mancha. El pasado mes de noviembre, en otro control de carreteras, encontró 82 kilos de hachís ocultos en el maletero de un coche con matrícula francesa.

Las últimas semanas, Turko ha estado recibiendo entrenamiento para trabajar en rescates en la nieve. "Es un cachorro grandote, un caballo trotón, puro nervio", añade su guía. Eso sí, a Turko no le gusta trabajar con el chaleco de la Guardia Civil sobre su piel, le roza y le molesta. Sus jefes no se lo tienen en cuenta. Después de encontrar los 640.000 euros escondidos en aquel Mazda gris, le dieron una pelota nueva como recompensa.

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