Los Mossos investigaban a "contrarreloj" para poder detener al asesino en serie de al menos tres sintecho en Barcelona, que ha podido ser arrestado este martes, ya que atacaba a víctimas vulnerables sin que pudieran defenderse y empleando una violencia "desmedida y gratuita".

Así lo ha destacado el intendente de los Mossos d'Esquadra Joan Carles de la Granja, jefe del área de Investigación Criminal, que ha comparecido en una rueda de prensa telemática junto al conseller de Interior, Miquel Buch, después de que a la 1.25 horas de esta madrugada han podido detener al sospechoso, de 35 años, nacionalidad brasileña, con un antecedente por un delito contra el patrimonio y quien pudiera sufrir "alguna dificultad mental".

Con el caso en secreto de sumario, la policía catalana atribuye al detenido al menos los tres últimos crímenes de los que han sido víctimas personas sin hogar en Barcelona -el último esta madrugada-, aunque no descartan su posible relación con el que primero que se produjo en esta etapa de confinamiento, el pasado 18 de marzo.

A preguntas de los periodistas, sobre por qué el detenido atacaba a personas sin hogar, el intendente ha detallado que los investigadores han podido hablar con él y que, pese a que ha contestado a algunas preguntas, han comprobado que tiene un discurso "a veces un poco incoherente".

Tras el primer crimen de un sintecho durante el confinamiento en Barcelona el pasado 18 de marzo -por el que fue detenida una persona que quedó en libertad sin cargos-, se encadenaron en 36 horas -del 16 al 18 de abril- otros dos asesinatos a personas que dormían en la calle en el barrio del Eixample, ante lo que los Mossos abrieron una investigación prioritaria en la que iban a "contrarreloj" porque "había en juego vidas humanas", según De la Granja.

Según el intendente, lograron relacionar de forma "mucho más clara" la autoría entre el segundo y el tercer asesinato que con el primero, por lo que empezaron a trabajar con la hipótesis de que se tratara de un mismo autor.

Utilizaron las imágenes de las cámaras de seguridad para intentar obtener alguna imagen del sospechoso y dieron a este caso un carácter prioritario al ser las víctimas de un colectivo vulnerable, "invisible para la sociedad". Además, han constatado que el asesino no daba ninguna oportunidad a la víctima para poder defenderse, ya que actuaba con una "violencia desmedida y gratuita".

Finalmente, el sospechoso, que residía en una caravana aparcada en el barrio de La Plana de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), fue detenido a las 1.25 horas de este martes después de haber matado supuestamente la pasada noche a otra persona que dormía en la calle, hacia las 23.00 horas, también en el distrito del Eixample.

El intendente de los Mossos ha agradecido la colaboración ciudadana, ya que ha sido una llamada de un testigo la que ha alertado de que había una persona que agredía a un sintecho, lo que ha permitido activar el dispositivo establecido para arrestarle. De la Granja ha destacado que, tras la detención del sospechoso, pueden decir que la ola de homicidios en la vía pública a víctimas que dormían en la calle ya se puede dar por finalizada.

La investigación aún sigue abierta, entre otros aspectos para determinar si el detenido también cometió el primer asesinato, del 18 de marzo, y si le constan antecedentes por ataques a personas pobres y sin hogar en Portugal o Brasil, porque hasta el momento en las bases de datos en España sólo figuraba una detención en Zaragoza, por parte de la Guardia Civil, por un delito contra el patrimonio.

Por su parte, el conseller Buch ha felicitado a los Mossos por haber podido detener al sospechoso por esta serie de asesinatos. "No hay ningún delito que se pueda justificar, pero este es un asesinato punzante, un caso que ha tocado especialmente a los Mossos, porque afecta a uno de los colectivos más vulnerables, por lo que se han implicado a fondo y han hecho muchos esfuerzos para resolver esta investigación", ha destacado Buch.

El conseller ha recordado que, en el marco de su investigación, los Mossos contactaron con entidades de apoyo a los sintecho, como la Fundación Arrels, y que diseñaron un amplio dispositivo de vigilancia en Barcelona, especialmente en el Eixample, para proteger a este colectivo y para tratar de detectar cualquier movimiento del presunto autor.