Quería evitar un control de la Guardia Civil, ya que estaba en busca y captura, y ha terminado añadiendo otros cuatro delitos a su historial. Se trata de E. M. G., un joven de 29 años que el sábado de la semana pasada protagonizó una escapada en plan kamikaze por la autovía Oviedo-La Espina (A-63) para terminar estrellándose frontalmente contra un vehículo de la Guardia Civil. Afortunadamente no hubo que lamentar heridos a consecuencia de esta colisión.

Los agentes habían establecido un control de drogas y armas, muy habituales en la citada autovía que comunica el centro de la región con el interior del Occidente. Eran las cinco menos cinco de la tarde cuando los guardas, adscritos a la Comandancia de Oviedo, observaron cómo un Nissan Almera realizaba una maniobra evasiva para evitar el control. Inmediatamente se estableció un operativo con la finalidad de parar el vehículo fugado a través de la Central Operativa de Tráfico (COTA) y el Centro Operativo Complejo (COC).

Unos cinco minutos después, con los agentes pisándole los talones, el fugado, que se dirigía hacia Oviedo a toda velocidad, frenó de manera brusca y realizó una rápida maniobra de cambio de sentido. Comenzó entonces a circular en sentido contrario e impactó frontalmente contra un vehículo de la Guardia Civil que circulaba detrás de él con las luces encendidas y realizándole señales para que detuviera el coche.

Una vez parado el vehículo por el fuerte impacto, se procedió a la detención del conductor. Se comprobó entonces que iba con las placas dobladas, con el fin de dificultar su identificación para evitar su detención, al estar en busca y captura. Al joven se le atribuyen ahora cuatro delitos más: atentado a agente de la autoridad, desobediencia grave, conducción temeraria y falsedad documental.