A Juan apenas le sale la voz del cuerpo, pero se ha decidido a hacer público el acoso escolar que sufre su hijo porque no quiere que le pueda pasar a otro estudiante. A última hora de la tarde del jueves, cuando volvió de hacer la compra con su mujer, pensaron que la casa estaba "muy en silencio", así lo recuerda a toro pasado. Entonces se limitaron a preparar la cena, pero en cuanto llamaron a sus dos hijos para sentarse a cenar, la hermana les avisó alarmada: "¡Papá, mamá, corred!".

El hermano estaba inconsciente, sobre la cama, con cortes en las muñecas. "Se quiso suicidar. Mi hijo vive con miedo porque le acosan en el instituto", explica el padre. La ambulancia le trasladó al hospital y pasó la noche en observación. Está fuera de peligro, pero todavía está pendiente de que le hagan pruebas y de que le visite un psicólogo para hablar con él.

Hace un año y medio que el menor, que ahora tiene 14 años y cursa segundo de la ESO, entró en el Instituto Mutxamel, en la localidad del mismo nombre. Su padre afirma que el acoso se ha prolongado desde primero de la ESO y que ya ha presentado otra denuncia previa que están pendientes de juicio. El jueves por la tarde se personó ante la Guardia Civil de Sant Joan d'Alacant para prestar declaración sobre lo sucedido.

"Otro alumno en concreto, y sus cuatro amigos dirigidos por él, acosan a mi hijo. El primero no se puede acercar porque hay una orden de alejamiento, y actúa a través de sus compinches, que no se les puede llamar de otra forma, cuando pasan por su lado", prosigue el tutor.

Aunque desde el instituto le aseguraron que iban a poner remedio a la situación, Juan subraya la evidencia de que "no lo hacen". "Nos concedieron la orden de alejamiento, pero en el instituto no se pueden separar siempre 50 metros, aunque estén en clases distintas. Por los pasillos me dice mi hijo que el acosador le mira con mala cara".

Desde la Conselleria de Educación afirman al respecto que la orden de alejamiento a la que hace referencia el padre, dictada por el juez, "no ordena aplicarla en el interior del centro". "Fue por una agresión previa al inicio de curso, en el mes de agosto, -concretan en Educación-, y es para cuando ambos menores están fuera del centro, como explicita la resolución judicia.

Añaden que en el propio instituto se está desarrollando "un protocolo con pautas y estrategias, para que el profesorado pueda prevenir y actuar ante intentos de suicidio del alumnado, aunque ocurran fuera del centro".

El padre puntualiza por su parte que su hijo vive con el miedo en el cuerpo, que teme salir a la calle porque cuando acabó el curso pasado "le dijeron que donde le pillaran le iban a dar una paliza y que le iban a matar, que le iban a cortar las piernas. De todo, le dijeron de todo", relata con un gesto de desespero en su mirada.

Tras el intento de suicidio de su hijo sentencia que quiere terminar con todo esto, que no quiere que se repita con otros chicos y que "no se puede consentir que los haya que se crean más fuertes o más valientes por hacer bullying, cuando no se saca nada bueno y lo empeoran todo", lamenta.

Dentro

En el instituto, según asegura la Conselleria de Educación, desde que empezó el curso está activado el Previ o Plan de Prevención de la Violencia Escolar "sobre este caso en concreto", y que tras el seguimiento que se ha llevado a cabo "no se ha detectado acoso escolar explícito dentro del centro entre agresor y víctima".

El padre, por su parte, abunda que "todo sigue igual". Culpa al centro educativo de no actuar con contundencia porque tras la primera denuncia su hijo empezó a recibir amenazas e insultos de todo tipo por WhatsApp. "Le dijeron de todo menos bonico para que quitara la denuncia y está en tratamiento psicológico".

Explica Juan que por su insistencia tanto ante la dirección del instituto como ante la inspección educativa, se citó al padre del presunto alumno acosador para que abandonara el centro "pero se negó y ahora es mi hijo el que se va a tirar un tiempo sin poder ir a clase".

En Educación confirman que aunque la orden de alejamiento no incluya al centro educativo, "se ofreció al padre del alumno agresor la posibilidad de cambiarle de instituto", pero que "esgrimió la sentencia para rehusar el cambio". Insisten en que "como no se ha detectado bullying dentro del centro, ni tampoco agresiones físicas o verbales, no se puede dictaminar ninguna medida de cambio de centro del agresor".

Hace prácticamente un año que INFORMACIÓN publicó que un juzgado de Menores de Alicante condenó a un joven de 16 años por quebrantar la orden de alejamiento que le impedía acercarse a otro alumno que le había denunciado por bullying en un instituto de Sant Joan d'Alacant.