El acusado de abusar sexualmente de una adolescente de Vigo por medio de artimañas como hacerse pasar a través de WhatsApp por una mujer que echaba las cartas para convencer a la víctima de que tuviese relaciones con él admitió ayer en el juicio estos hechos. La confesión propició que el caso acabase protagonizando una breve vista tras la cual el fiscal rebajó de forma notable la pena de 25 años y medio de cárcel que demandaba al inicio. Finalmente, pidió 13 años de prisión, solicitud a la que se adhirió la abogada defensora del procesado. Cuando sucedió todo, la víctima, que tiene reconocida una discapacidad del 33% y padece retraso mental leve, tenía 15 años.

Aunque se permitió a los periodistas gráficos sacar fotos y grabar al inicio, el juicio finalmente se celebró a puerta cerrada dado que la víctima es menor de edad. La vista, que tuvo lugar en la Sección Quinta de Vigo de la Audiencia Provincial de Pontevedra, fue breve. El acusado confesó la autoría de los hechos, se reprodujo en la sala la declaración prestada en su día por la adolescente como prueba preconstituida y no fue necesario que compareciesen ni el psicólogo ni los forenses ya que los informes periciales no fueron impugnados.

En el trámite de informes finales el fiscal modificó su escrito de calificación. Inicialmente acusaba a este hombre de dos delitos continuados de abusos sexuales con penetración a menor de 16 años, pero en sus conclusiones lo dejó en un único ilícito. El otro delito que sí mantuvo fue el del artículo 183 ter 1 del Código Penal, que castiga a quien a través de internet, teléfono u otro tipo de medio tecnológico contacte con una menor para proponerle un encuentro con fines sexuales.

Con los cambios introducidos, la petición final de la Fiscalía fue la de 13 años de prisión. También solicita que se prohíba al procesado acercarse o comunicarse con la víctima durante períodos que suman en total 23 años. Asimismo, plantea una medida de libertad vigilada una vez cumpla la pena privativa de libertad, con obligación de participar en programas formativos de educación sexual. Finalmente, en concepto de responsabilidad civil, mantiene la petición de 6.000 euros de indemnización para la joven que ya pedía en su escrito de acusación.

El caso quedó visto para sentencia. Todo apunta a que el fallo judicial impondrá las penas expuestas por el Ministerio Público dado que la defensa se mostró conforme con la solicitud planteada.

Todo empezó en el verano de 2017. La víctima vivía en Vigo y en una ocasión fue con una amiga a casa del acusado, quedándose a dormir. Según el escrito del fiscal, esa noche y la siguiente ambos compartieron la misma cama y él ya abusó de ella.

Artimaña

Artimaña

Meses después la chica contactó con el hombre por WhatsApp. Y al mismo tiempo, el procesado se hizo pasar también por teléfono por una mujer de Valencia llamada Lara que se dedicaba a echar las cartas. Lo hizo para contactar también con esta falsa identidad con la joven, consiguiendo mantener frecuentes conversaciones por medio de wassaps en los que supuestamente intentaba convencer a la chica de que tuviese relaciones sexuales con él.

La menor cayó en el engaño, ya que creía que estaba escribiéndose con esa mujer valenciana. La Fiscalía sostiene que la artimaña del procesado "facilitó" que la adolescente -que con 15 años aún no alcanzaba la edad de consentimiento sexual que es a partir de los 16- accediese a tener relaciones. Algunos de estos episodios ocurrieron en un monte. La acusación destaca el hecho de que el hombre se valió de WhatsApp para concertar los encuentros con la joven.