El vilanovés Luciano Núñez Villanueva, "Chano", vuelve a estar procesado a sus 70 años por un delito de tráfico de drogas en el seno de una organización criminal, por un alijo de 500 kilos de cocaína que se intervino oculto entre pollo congelado procedente de Brasil en el puerto de Algeciras en 2016. Condenado en la Operación Nécora por narcotráfico cuando trabajaba para un grupo vinculado a Los Charlines, fue torturado en un asalto a su vivienda en 2012, cuando le quemaron los testículos.
La jueza de Instrucción 1 de Vilagarcía, que acaba de notificar la conclusión del nuevo sumario si bien ha vuelto a remitir a la Fiscalía el auto de procesamiento, tal vez par incluir un delito de blanqueo, considera que el septuagenario es uno de los financiadores de la operación pues llegó a exigir a otro de los organizadores gallegos 250.000 euros. A través de un guardia civil de Pontevedra, "Chano" se encargó supuestamente de localizar a "un agente dispuesto a corromperse" para facilitar la entrada de la droga a través de distintos puertos. Contactó así con "Alonso", en Algeciras, que resultó ser un agente encubierto. También se le imputa un delito de tenencia ilegal de armas ya que en el registro de su casa se localizó un arma y munición, pese a carecer de licencia o guía.
El veterano arousano compartirá banquillo con otras siete personas, entre ellas un empresario vigués al que se considera posible financiador del alijo y al que se imputa también un delito de blanqueo de capitales en el auto de conclusión del sumario. Este empresario, a tenor del primer auto de procesamiento, no tenía relación directa con el grupo desarticulado, excepto sus encuentros con otro de los procesados, José C.L., vecino de Baiona y amigo suyo desde hace años. En varias ocasiones quedaron tras las reuniones que mantenía su amigo con el resto del grupo.
A José C.L. se le atribuye un papel activo y de contacto con los exportadores de la droga, sus representantes en España, los financieros y el agente de la Guardia Civil del puerto de Algeciras a quien habrían dado un anticipo de casi 10.000 euros. Una papel similar realizaría Rafael O.P., que residía en un lujoso chalé en Marbella y viajó a Colombia, según la jueza de Vilagarcía.
Otro arousano, Manuel F.D. tenía el cometido de ocultar la droga en un piso alquilado en Fuengirola y de trabajarla para su posterior y más cómodo transporte. Entre los procesados figuran dos colombianos viejos conocidos de las fuerzas antidroga, Juan Ramón C.S. y su padre, Jairo C.P. que, según la jueza, eran los contactos en España de los exportadores sudamericanos de la droga. El primero, además, suministró al grupo teléfonos seguros, mientras su padre habría remitido pagos de dinero a Colombia a los proveedores de la cocaína.
El último de los procesados, Christian M. viajó a Colombia y tenía contactos con los exportadores de la droga. En su casa se halló un documento holandés falso a nombre de Willen Van der Ven con su foto. El 31 de mayo de 2016 fueron aprehendidos los casi 500 kilos de coca en Algeciras. El 25 de mayo había llegado un segundo contenedor del mismo grupo a Abu Dhabi con casi 30 kilos. Ambos habían salido de Brasil.
