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Operación Poseidón contra el tráfico internacional de droga

Los colombianos iban a estafar a los narcos gallegos con la coca de baja calidad de Lérez

La escasa pureza del alijo se completaba con polvo de piedra - La entrega controlada al grupo atribuido a Gómez Calviño se hizo con los 539 paquetes precintados que salieron de Colombia

Momento de la incautación del alijo en el chalé de Lérez. // G. Santos

La Operación Poseidón que permitió desmantelar una red de narcos gallegos aliados con colombianos para introducir grandes cantidades de cocaína por vía marítima en Pontevedra en noviembre de 2018, evidenció también que los proveedores de la droga pretendían estafar a los gallegos con cocaína de escasa pureza que cobraban a precio de droga de la mejor calidad. De no haber sido incautado el alijo en el chalé de Lérez, los gallegos probablemente no se habrían dado cuenta pues al mover grandes cantidades, que reciben para entregar a otros, no suelen realizar pruebas de pureza, según fuentes próximas al caso. Una estafa que a punto estuvo de malograr una brillante operación internacional con agentes encubiertos

La baja calidad de la droga intervenida en el chalé de Lérez, tal como adelantó FARO DE VIGO, quedó al descubierto en los análisis del Servicio de Inspección Farmacéutica y Control de Drogas de Sanidad en Madrid: los 539 paquetes incautados, con un peso de 615 kilos, tenían apenas un 7% de trazos de cocaína -algún paquete algo más- y el grueso era polvo de piedra blanco.

El alijo, que fue entregado por los propios proveedores en alta mar a un agente encubierto de la DEA en 19 maletines, no siguió rumbo a España por mar sino que viajó de inmediato y custodiado a Miami, y desde allí a Madrid en avión para su entrega controlada en Pontevedra al grupo atribuido al ourensano Jorge Gómez Calviño.

Cuatro agentes encubiertos de la Policía Nacional participaron en la entrega controlada del alijo en la ciudad del Lérez tras meses de trabajo y riesgo. Los paquetes precintados de droga -con el anagrama del proveedor- se traspasaron tal cual habían sido recibidos para garantizar la cadena de custodia.

La oficina antidroga americana DEA, había detectado en varias ocasiones en Colombia al ourensano Jorge Gómez Calviño y cuando sospecharon que ultimaba un transporte de cocaína solicitó ayuda a las autoridades españolas "para desarticular la red, así como para conocer y desarticular los grupos que se van a hacer cargo en Galicia de esta sustancia estupefaciente". Advertía de la posibilidad de que el alijo fuera para varios grupos distintos en España "puesto que hay mas de un cliente que ha invertido en este cargamento".

Para cuando el fiscal de Estado Unidos solicitó apoyo, la Unidad Central de Estupefacientes y el GRECO-Galicia ya tenían una investigación en marcha sobre Gómez Calviño y su grupo, integrado por varios arousanos con antecedentes por tráfico de drogas y robos.

Las vigilancias y seguimientos al presunto jefe del grupo, llevaron a los agentes no solo hasta el resto de los integrantes de la red gallega, sino hasta tres colombianos afincados en Madrid, dos hombres y una mujer, que al explotar la operación fueron también detenidos. Fruto de la colaboración entre las autoridades colombianas y españolas, en la misma operación arrestadas al menos otras cuatro personas en Colombia del grupo proveedor.

El Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional coordinó la operación, en la que fueron detenidas 15 personas. A través de las escuchas realizadas y de los seguimientos por parte de la Policía española, abrió diligencias ante los inicios de criminalidad. Así considera que se trata de una organización criminal que "planifica, y coordina personas de una manera impecable para llevar a a cabo la perpetración de delitos", añade que "se observa un verdadero reparto de tareas y funciones para salvaguardar la seguridad de los principales integrantes o dirigentes".

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