Un vidente jubilado ha sido absuelto de un delito de abusos continuado a dos amigas menores de 13 años por falta de pruebas suficientes y por las contradicciones en las declaraciones de las madres durante la vista oral, celebrada el pasado 9 de julio. La declaración de las dos adolescentes -avaladas por un psicólogo forense que las consideraba creíbles- y sus progenitoras resulta insuficiente para el tribunal, que expone no puede condenar ya que las fotos eróticas por las que supuestamente les pagaba y los mensajes intercambiados por WhatsApp no pudieron recuperarse ni aportarse al juicio.
La sentencia dictada por la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo, formada por tres magistrados, no se adopta por acuerdo unánime sino por mayoría. Uno de los jueces emitió un voto particular al considerar probados los delitos de los que se acusaba al vidente, por los que la Fiscalía solicitaba 14 años de prisión.
En lo que si han estado de acuerdo los tres magistrados es en condenarle a un año de prisión por tenencia ilegal de armas, ya que en su despacho la Policía Nacional intervino un bastón pistola y 34 cartuchos. Adujo que lo compró en un anticuario para colgarlo en la pared y que no sabía que era una pistola, pero no convenció al tribunal.
El jubilado, que se dedica a echar las cartas y leer el futuro en Vigo, se negó a responder a las preguntas de la fiscal durante el juicio y manifestó que la denuncia era una "venganza" urdida por la madre de una de las niñas cuando él la dejó y le quitó el coche: "Corté el grifo tras encontrarla con otro dentro y me denunció". Declaró que se hacía llamar abuelo o padrino por parte de una de las niñas, con cuya madre mantenía una relación, y que iba recogerlas en coche al instituto, pero negó que fueran a su casa o a su oficina. Rechazó haberles pedido fotos de carácter sexual y adujo que la niña de su amiga quería ser modelo y la acompañó con su madre a una agencia en Vigo, dado que él tenía contactos en televisión por ser exactor.
La madre de esta menor rechazó haber mantenido una relación sentimental con él y explicó que le conoció una discoteca donde ella era camarera y que se ayudaban mutuamente. Él le dejaba el coche y la acompañaba a Madrid cuando ella iba a ver a su novio. "Era como mi padrino, un familiar", dijo.
Esta mujer fue quien denunció los abusos en la comisaría de Vigo tras revisar el WhatsApp de su hija. En la vista no supo recordar si había visto un mensaje o fotos sexuales, pero manifestó que se fue con la niña a la Policía al descubrirlas. La madre de la otra menor se enteró de los supuestos abusos cuando la llamaron desde comisaría. En ninguno de los teléfonos aparecieron imágenes ni mensajes.
