Pese a que sobre él pesaba una orden internacional de busca y captura desde hacía prácticamente dos años, no dudó en acudir a la comisaría de Vigo para realizar un trámite administrativo que tenía pendiente. Un exceso de confianza que ha acabando pagando con su arresto, ya que la Policía Nacional, que sabía que desde hacía un tiempo estaba en la ciudad olívica y que también conocía que debía realizar esa gestión, estableció un dispositivo que derivó en el apresamiento del sospechoso en plenas dependencias policiales. El detenido es un joven venezolano de 24 años de edad al que buscaba la Interpol por un homicidio doloso cometido en su país de origen. Y es que este chico es uno de los supuestamente implicados en el crimen de un capellán de la Marina en 2014 en Venezuela. El sacerdote, según las publicaciones de la prensa del país tras aquel asesinato, fue abordado por una banda de delincuentes cuando se dirigía a coger su vehículo para regresar a su domicilio. Su cadáver fue hallado días después. La víctima murió tras recibir dos disparos.
La detención del prófugo, que en la actualidad residía en la ciudad olívica, se produjo este mismo martes por la mañana. Pero la investigación de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Vigo ya se había iniciado a principios de mes, por las sospechas que había de su presencia en la urbe. El control y seguimiento realizados por los agentes a sus allegados y conocidos permitió confirmar que efectivamente se encontraba en Vigo y descubrir, según informaron ayer fuentes oficiales, que tenía pendiente la realización de un trámite documental en la propia comisaría en la calle Álvaro Cunqueiro la mañana del 20 de agosto. Al parecer, de forma previa ya se había intentado su localización de cara a efectuar el arresto, pero en la dirección que constaba no fue hallado.
Dispositivo policial
Los agentes confiaban en que el joven se presentara en comisaría, ya que necesitaba hacer el trámite. Y así fue. Acudió allí el martes por la mañana, donde fue detenido minutos después de las 12.30 horas. De forma previa, los efectivos ya habían puesto en marcha un dispositivo en el cual se habilitó un área separada en la zona de atención al público, a donde debía dirigirse el joven. En cuanto llegó, dos policías de paisano lo estaban esperando y, en cuanto se sentó en la sala, procedieron a su arresto y a tomarle declaración en virtud de la requisitoria de la Interpol vigente, que fue emitida hacia finales de 2017, según fuentes policiales.
La detención, en la que junto a agentes de Extranjería colaboró la Policía Judicial, fue puesta en conocimiento del Órgano Internacional de la Interpol en Madrid. El joven es uno de los al menos seis sospechosos del crimen en Venezuela del padre Reinaldo Alfonso Herrera, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el 27 de septiembre de 2014 en un paraje próximo a la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, en las cercanías de la ciudad de Guarenas. Había sido secuestrado dos días antes. La víctima, que fue cura en varias parroquias de la diócesis de La Guaira, prestaba sus servicios sacerdotales como capellán militar y colaboraba también en varios colegios.
La prensa del país publicó tras el crimen que recibió dos disparos y que habría sido asesinado por negarse a decirles a los delincuentes, una banda de ladrones, donde residía. Tras el crimen fueron detenidos dos jóvenes y cuatro más lograron darse a la fuga. Entre estos últimos chicos estaría, según informó entonces la Policía venezolana, el apresadoesta semana en Vigo. La forma de actuar de la banda era abordar a personas que salían a pasear o correr, para llevarlos a sus casas y robarles. El detenido en la ciudad olívica ya fue capturado en 2017 en Venezuela, pero en la actualidad estaba otra vez prófugo.
