Los padres de Julen, el niño de dos años que el pasado 13 de enero falleció al caer a un pozo de cien metros en la localidad malagueña de Totalán piden tres años y medio de prisión para su primo, el dueño de la finca donde murió el pequeño. La acusación achaca a David Serrano un delito de homicidio por imprudencia grave. Piden que se imponga una pena mayor que la solicitada por el fiscal -tres años- al entender que hubo una "negligencia" por parte de Serrano que es "extremadamente grave".

Los progenitores de Julen acusan a Serrano de haber "prescindido de la observación de cualquier medida de seguridad", recordando que la Junta de Andalucía le abrió expediente por infracción muy grave en materia de seguridad minera, además de no haber obtenido los permisos necesarios para la construcción que realizó y no advirtió o señalizó la existencia del pozo.

La letrada señala que el acusado no ha procedido a la reparación del daño, "sino que se ha limitado a acusar al pocero, al equipo de rescate y a los padres con el fin de evadir una responsabilidad clara". También se pide a David Serrano que indemnice a los padres de Julen por la muerte de su hijo. La Junta de Andalucía, por su parte, reclama el valor de la operación de rescate del niño de dos, que se prolongó durante trece días, y que alcanzó un coste de 700.000 euros, asumidos inicialmente por la administración. Por su parte, el letrado de Serrano, Antonio Flores, considera "exagerada" la petición de pena realizada tanto por la Fiscalía, como por los padres.