La causa de narcotráfico por la que fue sentenciado a siete años y medio de prisión Marino Giménez Jiménez - hermano de Sinaí, el jefe del clan de "Los Morones"- como cabecilla del robo frustrado de medio kilo de cocaína a unos narcos arousanos en connivencia con un guardia civil en Mos, vuelve a juicio en Vigo tras anular el Supremo la condena dictada por la Sección Quinta de la Audiencia en 2017 y ordenar repetir la vista contra los seis procesados pero con otros magistrados.
El nuevo juicio ya tiene fecha y se ha señalado para los días 2, 3 y 4 del próximo mes de diciembre. Tres magistrados de Pontevedra se desplazarán a Vigo para constituir el nuevo tribunal. El problema radica en que los jueces adscritos a la Sección Quinta, única con sede en la ciudad Olívica, habían resuelto antes de juzgarlos y condenarlos a penas que sumaban 33 años de cárcel y 503.000 euros de multa, una docena de recursos y apelaciones presentados en la fase de Instrucción. El abogado de la defensa recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo por vulneración del principio de imparcialidad y el Alto Tribunal le dio la razón y obligó a repetir la vista.
La detención de Marino Giménez y el guardia civil, que presuntamente trabajaba para él, se produjo en 2014. El agente, pistola en mano, con uniforme y con el apoyo del coche patrulla, dio el alto al vehículo de unos arousanos en Mos y se incautó de medio kilo de cocaína que transportaban. Su compañero de patrulla desconocía la trama y fue absuelto.
Los hechos tuvieron lugar en la gasolinera de Os Valos, momento en que agentes de la Udyco de la Policía Nacional, que les seguían de cerca, frustraron la operación y detuvieron a los guardas civiles y a los arousanos. Varios testigos alertaron entonces a las fuerzas de seguridad: "Unos hombres que dicen ser policías nacionales han sacado sus pistolas y reducen a dos guardias civiles de uniforme en la carretera".
La prueba clave son las conversaciones telefónicas ente Marino y el guardia civil en las que intercambiaban apelativos como "chulín", "guapetón" o "mi amol".
En la sentencia anulada por el Supremo las penas más altas recayeron en Marino Giménez, sentenciado a 7 años y medio de prisión, y en Enrique P.M., el guardia civil de Mos que supuestamente se alió con él para, aprovechándose de su cargo, simular un control policial ficticio con el que sustraer la draga, condenado a 7 años de cárcel y 15 años de inhabilitación absoluta para el ejercicio de su profesión de agente. El resto de penas oscilaban entre los 4 y los 5 años y medio de prisión. Sólo uno de los procesados resultó absuelto y a todos se les exculpó del delito de integración en grupo criminal.
Marino - imputado también en el caso de presunta extorsión de "Los Morones" en mercadillos de l provincia, que se investiga en Cangas- fue condenado además de por narcotráfico, por tenencia ilícita de armas y se le imponían 90.000 euros de multa. La sentencia anulada consideraba que tenía un "papel preponderante" en la organización del plan para robar el alijo de coca. En el caso del guardia civil el fallo anulado le inhabilitaba 15 años y le imponía 113.000 euros de sanción. Con ellos fueron condenados los arousanos que acudían a vender la droga al Morón cuando fue requisada por los agentes de la Guardia Civil.
