Prisión provisional sin fianza. La magistrada del Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo envió ayer al centro penitenciario de A Lama a la mujer detenida por intentar matar en su domicilio a la novia de su expareja, aparentando que se trataba de un suicidio. Un crimen que frustro la Policía Nacional alertada por una vecina.

La comparecencia judicial de María del Mar M.B. , de 54 años y natural del municipio ourensano de Cortegada, aunque reside en la parroquia viguesa de Lavadores, que fue asistida por una letrada de oficio, duró apenas unos minutos pues se negó a responder las preguntas de la fiscala y la magistrada, acogiéndose a su derecho a no declarar. A petición de la Fiscalía, la jueza decretó su ingreso en prisión. Está investigada por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de detención ilegal.

La medida se acuerda al entender que existe riesgo de fuga por la gravedad de los hechos investigados, así como para evitar que pueda atentar contra la víctima y sus bienes jurídicos, a la vez que se impide la alteración de medios de prueba, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

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Un crimen planificado bajo el influjo de CSI

Mientras la víctima se recupera de las lesiones recibidas y el fuerte shock emocional causado por la aterradora experiencia, se van conociendo nuevos datos que apuntan que el crimen había sido urdido meticulosamente con antelación y bajo el influjo de series televisas como CSI en un intento de no dejar huellas y encubrirlo como suicidio.

Así, María del Mar llevaba puestos unos guantes desechables de látex azules, similares a los utilizados para la limpieza. No tocó nada y ordenó a su víctima, cuchillo en mano -con un filo de 19 centímetros-, realizar todas las acciones: abrir la puerta, coger el vaso de agua para tomarse el blíster de 10 barbitúricos que ella le dio, poner el tapón y abrir el grifo de la bañera para preparar el que se sospecha sería el escenario del crimen encubierto como suicidio.

En la misma línea sitúan los investigadores las heridas que asestó a la víctima. Una de ella en el muslo, cerca de la femoral, y otra en una muñeca de 2 centímetros. Ninguna fue profunda ni acertó en el que se sospecha era su objetivo, pues de haber acertado en la femoral y haberla metido en la bañera la mujer se habría desangrado en apenas dos minutos.

También dejó en el rellano de las escaleras ropa para cambiarse, en previsión de que se iba a manchar de sangre: una sudadera con capucha y una chaqueta.

María del Mar llegó a la una de la madrugada al inmueble donde reside la nueva novia de su excompañero sentimental. Llamó a otro piso por el telefonillo para que le abrieran el portal y subió a la quinta planta, donde reside la víctima que vive sola. En el rellano, tras la puerta contraincendios de la escalera la esperó.

La víctima llegó justo media hora después. Su novio la recogió en la cafetería en la que trabaja y la llevó hasta su casa. La dejó en el portal sin sospechar el terror que le esperaba. El día anterior él había tenido ya un encontronazo con la presunta homicida. Habían sido pareja hasta el pasado mes de febrero, momento en que el rompió la relación. Aunque María del Mar carece de antecedentes, su excomapañero manifestó que era una mujer difícil y violenta.

Los agentes que frustraron el posible homicidio alertados por una vecina, se encontraron el cuarto de baño lleno de sangre y la cortina arrancada, posiblemente al resistirse la víctima. La Policía Científica recogió la ropa de víctima y agresora, y analiza el cuchillo ensangrentado que ésta llevaba en el bolso.