La auxiliar de clínica del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (Madrid), acusada de matar a dos ancianas inyectándoles aire con una jeringuilla en la vía que tenían colocada negó ayer en el juicio su implicación en las muertes: "Me han roto la vida", aseveró la mujer, en prisión pro esta causa. "Me he dejado la piel para cuidar a los ancianos del hospital y que me acusen de que soy una asesina es horrible", aseguró ante el jurado.

El fiscal solicita para ella 40 años de cárcel y las acusaciones particulares de las víctimas piden prisión permanente revisable. Según su escrito de acusación, la procesada mató a dos ancianas, en 2015 y 2017 -entre los dos asesinatos estuvo de baja laboral-, y lo habría intentado sin éxito con una tercera.