La escala en el Puerto de A Coruña que realizó el pasado mes de abril el palangrero Gure Leire, con base en Ondárroa y de armador gallego, cuando iba en busca del alijo de 2.500 kilos de cocaína en Azores, despertó las sospechas del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). A partir de ese momento se inició la investigación de la denominada Operación Tiburón, que culminó el pasado 27 de mayo con el apresamiento del pesquero tras recoger la droga en el Atlántico Norte. El valor de la cocaína incautada en el mercado ilegal superaría los 80 millones de euros, según los responsables de la operación.

El barco, que llevaba años bajo sospecha de las fuerzas antidroga aunque su armador carece de antecedentes, llegó ayer por la mañana con el alijo y los siete tripulantes detenidos a bordo -tres de ellos vecinos de O Barbanza- al Puerto de Vigo remolcado por el buque de operaciones especiales Fulmardel Servicio de Vigilancia Aduanera que se encargó de su captura.

La droga, procedente de Sudamérica, se cargó en un buque nodriza en Surinam (antigua Guayana holandesa) y fue transbordada al pesquero que navegaba hacia Galicia, según explicaron responsables de Vigilancia Aduanera,

Un helicóptero, un dron y efectivos de la Armada con perros especializados en tareas marítimas trasladados desde Ferrol, dieron su apoyo a la llegada del barco a Vigo y participaron después en un nuevo registro del buque. El Juzgado de Instrucción 5 de Vigo, en funciones de guardia, dirigió el registro del Gure Leire en la dársena viguesa.

Los siete tripulantes, entre ellos el barbanzano José Luis Ouviña Crujeiras, armador del palangrero ingresaron en prisión. La orden ya la había dictado y comunicado hace unos días por vía telemática, antes de cumplirse las 78 horas del arresto, el Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional, que coordina la operación. Los tripulantes comparecieron ayer en el juzgado de guardia de Vigo.

La operación tiene su origen en una investigación desarrollada por el área de Vigilancia Aduanera de Galicia y se enmarca en el desarrollo del operativo Pascal Atlántico 2019 de vigilancia aeronaval conjunta entre los servicios aduaneros franceses y españoles. Se contó además con colaboración de las autoridades británicas y lusas.

La dotación del Fulmar localizó, tras el abordaje, los 84 fardos de cocaína en una de las bodegas nevera del palangrero. Los paquetes tienen tres anagramas distintos que identifican a sus propietarios: Batman, Sky y Ford.

Dificultades en el motor del Gure Leire y la falta de salubridad a bordo, con toneladas de carnaza putefracta, solo dos camarotes y sin duchas, obligaron a transbordar la droga y a sus tripulantes al Fulmar, Fulmarque remolcó al palangrero durante gran parte del trayecto hasta Vigo a baja velocidad por riesgo de hundimiento.

Mientras se desarrollaba el operativo marítimo, el SVA practicó con autorización judicial tes registros en las localidades de Ondárroa y Berriatua en Vizcaya.