La joven Sara Cal Veiga es hija única y cumplía 18 años el próximo domingo. Había aprobado Segundo de Bachillerato en el Instituto Mendiño de Redondela y preparaba la Selectividad con los otros cuatro ocupantes del vehículo siniestrado. Su ilusión era irse a Madrid a estudiar la carrera. El brutal accidente segó un futuro prometedor. La proximidad de su mayoría de edad le permitía al fin sacarse el carné de conducir, y por eso se matriculó con su amiga Sofía en la misma autoescuela en la que lo había hecho Marcos M.V., con el que viajaban el día del siniestro. Hija del patrón mayor de Arcade, Berto Cal, y de la propietaria de una conocida tienda de mobiliario de cocina en el casco urbano de Redondela, pertenecía a una familia muy conocida. Quienes la conocían la describen como una chica muy estudiosa, muy buena persona y formal. El cuerpo de la joven fue trasladado ayer al tanatorio de San Mauro en Pontevedra y esta tarde tendrá lugar su funeral a las 17.45 horas en la iglesia de San Andrés de Figueirido en Pontevedra y a continuación su sepelio en cementerio parroquial.