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Los juzgados de Vigo instruyen ya más causas al mes por robos que por malos tratos

Estos delitos ya suplen a las peleas y malos tratos como los ilícitos más frecuentes

Hugo Barreiro

Un claro ejemplo de la tipología delictiva en la ciudad se aprecia a diario en las salas de vistas de los tres juzgados de lo Penal de Vigo. Delitos económicos, contra la vida, contra la familia, la libertad, la seguridad pública o el patrimonio son alguno ilícitos desgranados en el Código Penal según la naturaleza de los hechos. Históricamente, entre los más habituales destacan los robos -tanto con fuerza como con violencia- si bien en el último año han subido de forma notable su índice de criminalidad.

Así se desprende de las estadísticas de asuntos repartidos en las tres salas penales del partido judicial vigués. Y es que desde enero, estos órganos registraron 104 causas para llevar a juicio por robos a personas, viviendas o coches, una veintena al mes, desbancando tanto al grupo en el que se incluyen tanto los de lesiones -son muy habituales las vistas de peleas en discotecas- como los de malos tratos, tanto los relativos a violencia de género como a violencia en el ámbito familiar, de hijos a padres, por ejemplo, con 103 casos.

Este crecimiento de estos ilícitos no solo se aprecia en las estadísticas judiciales. El plan espacial contra robos impulsado por la Policía Nacional también permitió detener en lo que va de 2019 a al menos 31 personas por múltiples robos -algunos de ellos en grado de tentativa-, la última este pasado jueves, cuando un hombre y una mujer agredieron a un varón para robarle su teléfono móvil mientras discurría por Marqués de Valterra. Si bien muchos se tratan de pequeñas sustracciones en negocios o incluso en plena calle a personas, también destacan supuestas bandas itinerantes, como la detectada el mes pasado en Teixugueiras cuando tres personas fueron pilladas in fraganti por el dueño del piso o los siete detenidos por el robo frustrado en la nave de Toys R' Us en la urbe viguesa a mediados de diciembre de 2018.

Tras estos delitos asoman los quebrantamientos de condena con 52 casos pendientes de vista oral, que incluyen desde incumplimientos de órdenes de alejamiento, comunicación o medida cautelar hasta por ejemplo la pena de arresto domiciliario. Sin embargo el dato que llama especialmente la atención es el descenso de dos tipos de asuntos que habían experimentado un incremento en los últimos ejercicios. Es el caso de los delitos contra la relaciones familiares, principalmente impagos de pensiones, que pasaron de 53 en 2017 a 31 este año. Lo cierto es que en 2018 el dato se estancó en 18, pero hay que tener en cuenta el largo proceso de huelga de los funcionarios de Justicia en los órganos gallegos que limitó la derivación y reparto de las causas durante tres meses.

Situación semejante se aprecia en los ilícitos de carácter económico, concretamente los referidos a estafas o apropiaciones indebidas. Actualmente, los tres jugados de lo Penal cuentan con 19 casos pendientes de juicio mientras que en 2017 la cifra ascendía a 54 (con un mes de diferencia), prácticamente el triple.

Carga de trabajo

A lo largo de estos cinco meses de año, los tres órganos penales recibieron 548 causas, entre las que hay que distinguir 33 juicios rápidos y 29 jura de cuentas. Pero no solo de juicios se nutre el trabajo de estos órganos. Además de enjuiciar y sentenciar, una labor clave en estas salas es ejecutar esos fallos: poner la maquinaria en marcha para que los condenados cumplan las penas de prisión, multa, trabajos sociales, etc., que les recaigan en la resolución. Así, sumaron 227 nuevas ejecuciones estos cinco meses y tramitaron otros tantos exhortos (trámites requeridos a otros juzgados).

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