36 años de prisión. Ésta es la condena impuesta por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, a Carlos V.I., "Papuchi", el hostelero vigués acusado de abusar sexualmente de 16 menores en Vigo. La Fiscalía pedía 54 años de cárcel y una de las acusaciones particulares personadas en el procedimiento planteaba más de 120. La sentencia sobre un caso que tuvo enorme trascendencia en la ciudad olívica se conoce algo más de dos meses después de la celebración del juicio a puerta cerrada, en el que el acusado se declaró inocente tras rechazar un acuerdo de conformidad. Su letrado defensor solicitaba la libre absolución.

La vista oral contra "Papuchi" celebrada el pasado febrero en Vigo se prolongó durante una semana. El encausado estuvo un tiempo en prisión provisional tras ser detenido por la Policía Nacional y que quedó en libertad provisional al abonar una fianza. La Fiscalía, que le atribuía la presunta comisión de delitos de abusos sexuales, exhibicionismo y provocación sexual y de exhibición de pornografía, sostenía que entre 2015 y 2017 se aprovechó de su trabajo en el restaurante que regentaba en la céntrica calle Montero Ríos de Vigo para entablar contactos con los menores y captarlos con paseos por la ría en su yate o en sus coches deportivos.

Los chicos, según trascendió, ratificaron ante los magistrados de la Audiencia la acusación contra el hostelero, igual que habían hecho antes ante la Policía Nacional y la jueza instructora. Una veintena de adolescentes comparecieron en el juicio. Frente a ello, el acusado negó haber abusado de los 18 menores que le atribuía el Ministerio Público. La acusación particular eleva el número de perjudicados. Tras afirmar que ni siquiera conocía a varios de los denunciantes, concretó que daba por hecho que el resto eran mayores de edad y que su relación con ellos se limitaba a que eran clientes del restaurante italiano que entonces regentaba. Su versión fue que no hubo contactos sexuales, ni envío de fotos íntimas ni exhibición de vídeos pornográficos. La sentencia no es firme y cabe recurrir.