Con la salida del sol y la retirada del autobús en el que murieron 29 turistas alemanes, Madeira y el resto de Portugal buscan entender qué pudo ocurrir para que un conductor experimentado que hacía un recorrido clásico pudiera salirse de una vía nunca señalada como especialmente peligrosa.

Todas las hipótesis están abiertas y poco a poco se elevan las voces que subrayan lo extraño del siniestro. La carretera se había repavimentado hace dos años. El conductor era experimentado. El autobús, con 55 pasajeros, apenas tenía cinco años, y la primera versión trasladada es que estaba en perfecto estado, aunque una de las teorías es que los frenos fallaron.

El punto exacto del accidente fue la curva que une la Estrada da Ponta da Oliveira y la Rua Alberto Teixeira, en el barrio de Santa Cruz, a unos cinco minutos del hotel en el que el grupo de alemanes se alojaba: Quinta Splendida, una casa solariega del siglo XIX ubicada en un impresionante terreno de 30.000 metros cuadrados con jardín botánico.

Los 27 heridos en el accidente se encuentran ya fuera de peligro, según el ministro de Exteriores luso, Augusto Santos Silva:"La evolución de las personas heridas ha sido muy favorable y no hay ningún herido cuya vida esté en riesgo".