La banda criminal que causó el terror de los ancianos del rural en las provincias de Pontevedra, A Coruña y Lugo entre julio y septiembre de 2016, va por fin a juicio. La Audiencia de Pontevedra juzga la próxima semana a siete acusados de delitos de robo con violencia, allanamiento de morada, robo con fuerza en casa habitada y pertenencia a grupo criminal a quienes se atribuyen una veintena de robos en domicilios de personas de edad avanzada, a quienes convencían para que les dejasen entrar en sus viviendas con excusas como tener sed o necesidad del ir al aseo. Una vez dentro no dudaban en hurtar joyas y dinero incluso empujaban a sus víctimas para escapar. En otras ocasiones esperaban a que los ancianos salieran de casa y se introducían en su interior. Si eran sorprendidos, como ocurrió con una vecina de Ponteareas a la que despertaron de su siesta, no dudaban en comportarse violentamente para huir.

La Fiscalía solicita para ellos penas que oscilan entre 2 años y 24 años de prisión, caso de los dos supuestos cabecillas del grupo. La banda se movía por toda Galicia, pero tuvo especial incidencia e Ponteareas, A Cañiza, Mondariz, Salvaterra, Mos, Cotobade, A Lama, Meis, Fene, Begonte, Cantada, Culleredo, y Cotobade

El modus operandi era siempre similar. Se trasladaban en un Rover 216 de color blanco, un Peugeot 206 y un Skoda, y el conductor ejercía también funciones de vigilancia una vez elegida la vivienda que iban a asaltar. Si la puerta tenía el cerrojo echado y el propietario de la casa no se encontraba allí, no dudaban en entrar por una ventana y se hacían con las joyas y el dinero que encontrasen.

El 15 de agosto en Ponteareas, una de las procesadas accedió a una vivienda, pero huyó sin llevarse nada al verse sorprendida por la propietaria. En un domicilio de Salvaterra, el 12 de julio de 2016, el "vigilante" hizo amago de dar un puñetazo a la víctima, que sorprendió a una de las ladronas en su casa y la persiguió. Lograron huir con 100 euros en efectivo y varias joyas de oro. En ocasiones los botines conseguidos superaron los 4.00 euros.

Uno de los casos más graves tuvo lugar en Mondariz el 28 de agosto de 2016. Mientras el principal acusado vigilaba y preparaba la huida, su compañera entró en una vivienda tras llamar al timbre y pedir utilizar el baño. Una vez dentro, la acusada dio un empujón al propietario, lo tiró al suelo y se llevó un sobre con 1.400 euros. El hombre sufrió un traumatismo leve de rodilla.