La Policía Nacional detuvo ayer a un joven de 28 años que confesó que mató a su compañero de piso, de 46, en la vivienda que compartían en el número 7 de la calle Honduras, en el barrio de Labañou de A Coruña, la noche del jueves al viernes. El presunto homicida, Ramón Darío R.F., explicó que tuvo una discusión con Alejandro V., al que conocía desde hace varios años y que ambos se dedicaban a la prostitución.

De un tiempo a esta parte, según la declaración del arrestado, habían tenido encontronazos porque el ahora fallecido había contraído deudas con él por el impago de su estancia en la vivienda que compartían y, también, porque, según dijo el autor confeso de los hechos, la víctima había difundido a través de las redes sociales un vídeo de contenido sexual en el que se le veía a él (Ramón Darío) no solo manteniendo relaciones sino también consumiendo sustancias estupefacientes, por lo que entendía que afectaba a su intimidad.

En la pelea, según fuentes cercanas a la investigación, el ahora fallecido le recriminó otros asuntos y le avisó de que no podría hacerle nada porque llamaría a la Policía y porque estaba "protegido espiritualmente". Incluso, según la declaración del homicida confeso, le dijo que cogiese un cuchillo y lo utilizase contra él, según recogen fuentes de la investigación.

Fue entonces cuando Ramón Darío, nacido en Uruguay, cogió del cuello a Alejandro haciéndole perder el equilibrio al poner su pie entre las piernas de la víctima, natural de la República Dominicana, y, cuando le tenía inmovilizado con el brazo derecho contra su cuerpo, le arrebató el cinturón con la mano izquierda para presuntamente asfixiarlo. Entonces, llamó a una amiga del fallecido para contarle lo ocurrido y para pedirle que acudiese a la vivienda pero, según fuentes cercanas a la investigación, como la amiga tardaba en llegar, Ramón Darío decidió alertar a la Policía del crimen que había cometido.

Cuando llegaron los agentes, a las dos menos cuarto de la madrugada, se encontraron a Ramón Darío en el portal de la vivienda, con dos maletas. El hombre les explicó que había sido él quien había requerido su presencia y que había dejado el piso abierto para que los pudiesen entrar y corroborar que había acabado con la vida de su compañero. Al subir al cuarto piso, los agentes se encontraron a otro de los cuatro habitantes de la casa, en la cama, fumando y con los auriculares puestos. El hombre, que estaba en el piso a medianoche, cuando se produjo el crimen, aseguró que estaba en su cuarto y que no se había enterado de lo sucedido, aunque sí que había escuchado voces y un golpe al que no había dado mayor importancia.

El hombre, que solo llevaba un mes viviendo en este inmueble de la calle Honduras, informó también de que víctima y fallecido compartían el mismo juego de llaves para acceder al piso y que ya residían allí cuando el llegó.

Inspección

En el reconocimiento de la vivienda, los agentes se encontraron a la víctima en el suelo de la habitación, con la cabeza tapada y el cinturón sobre el abdomen, por lo que procedieron a la detención del autor confeso del estrangulamiento. Fuentes judiciales explican que el hombre pasará a disposición judicial hoy o mañana. A pesar de que los agentes que acudieron a la llamada del sospechoso constataron que la víctima había fallecido, hasta la zona se desplazó el 061, que certificó el fallecimiento de Alejandro V. A las 02.50 horas, la comitiva judicial llegó a la vivienda para hacer comprobaciones y proceder al levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Complexo Hospitalario Universitario A Coruña para practicarle la autopsia.

Uno de los vecinos de la calle explicó ayer que, esta semana, había escuchado una discusión en la vivienda, pero que no había tenido más trascendencia.

Se da la circunstancia que en una casa a solo unos metros de donde se produjo este crimen hace dos semanas una mujer supuestamente asfixió a su madre cuando iba a ser desahuciada.