La Policía Nacional detuvo a 11 españoles y venezolanos, tres de ellos en Galicia, por formar parte de un grupo itinerante de proxenetas que explotaba sexualmente a mujeres originarias de Venezuela en pisos turísticos. En el caso de la comunidad gallega, los arrestos fueron en Pontevedra -donde se registró un piso-, A Coruña y Ferrol. El resto cayeron en Almería, Granada, Alicante y Madrid. Once mujeres fueron liberadas.

La red captaba a jóvenes en situación de precariedad económica, ofreciendo un trabajo inexistente. El traslado de las mujeres incluía la reserva de hotel, el billete de avión y otros trámites que generaban una deuda que tendrían que saldar con la prostitución. La organización tenía amplia movilidad geográfica, usando viviendas de alquiler turístico. Las víctimas eran controladas bajo amenazas, llegando a ser agredidas.