Dos años de prisión por maltrato habitual. Es la pena impuesta por el Juzgado de lo Penal número 4 de Pontevedra a una pareja que en junio de 2015 se instaló a vivir, junto al hijo menor, en la casa de la madre del varón, una mujer de 84 años, la víctima de estos hechos.

Tras un periodo normal de convivencia, las cosas se torcieron para esta octogenaria en 2016, por desavenencias con su hijo y su nuera tras el cobro de una cantidad de dinero que le correspondía a la víctima. Esto provocó que su hijo y la pareja dispensasen a esta mujer un "trato vejatorio y humillante continuo", con graves insultos y recordándole "que no le quedaba mucho tiempo de vida". Algo que, según el fallo judicial, "dificultaba extraordinariamente su vida cotidiana, porque no le dejaban lavar la ropa en la lavadora, por lo que tenía que lavar a mano, ni tender su ropa, al subirle el cable del tendal". Los acusados llegaron a cortarle gas y agua cuando ellos no estaban en casa, por lo que le imponían horarios de comida, no pudiendo cocinar fuera de los mismos, además "de provocar continuos encontronazos, dándole empujones" a la víctima "cuando coincidían con ella" en la casa.

Esto hizo, según la sentencia, que esta mujer de 84 años "poco a poco se atrincherase en su dormitorio para no encontrarse" con su hijo y su nuera, por el "temor" que tenía. La pareja dejó "de proporcionarle los cuidados necesarios para su edad, sin preocuparse por su salud, alimentación ni otras cuestiones vitales". La resolución relata una "progresiva desatención" a la víctima. Una conocida la encontró tirada en su habitación en abril de 2017, siendo hospitalizada con "insuficiencia renal aguda por deshidratación, probable síncope con síndrome confusional posterior y insuficiencia respiratoria global".