Casi dos años después de los hechos, el crimen de la desbrozadora de A Cañiza llega a juicio en la Audiencia de Pontevedra con un jurado popular. La vista se prolongará a lo largo de toda la semana que viene y concluirá en abril. José Luis Viéitez, acusado de matar a su vecino Carlos Álvarez, y herir a la hija del fallecido cuando salió en su defensa, se enfrenta a penas que suman 18 años de prisión.

La Fiscalía, como adelantó FARO DE VIGO, solicita 12 años de prisión por el asesinato de Carlos Álvarez y 6 por el intento de asesinato de la hija de éste de 22 años, que sufrió graves heridas de las que todavía no se ha recuperado y perdió varios dedos de una mano. La misma calificación que propone la acusación particular que ejercita la familia de la víctima.

El fiscal atribuye a Viéitez un delito de asesinato y otro en grado de tentativa y le aplica la atenuante cualificada de trastorno mental, por lo que su petición de prisión se reduce de forma considerable. La mala relación entre víctima y agresor, que arrastraban una larga enemistad con pleitos judiciales por agresiones con condenas de cárcel, se sitúa en como móvil de la tragedia.

El 17 de junio de 2017, según la Fiscalía, Viéitez se encontraba con una desbrozadora encendida en el camino que une la casa de su víctima con una cuadra de su propiedad. Entonces la víctima y su hija salieron del domicilio. Al verlos avanzó hasta ellos y se aproximó a Carlos Álvarez dirigiendo la desbrozadora a su cara y le dio un tajo a la nariz, por lo que la víctima sin capacidad de defensa, cayó al suelo. La hija del herido cogió su teléfono para grabar lo que ocurría y el acusado dirigió la desbrozadora hacia la mano con la que la joven grababa y hacia su cara. Le amputó varios dedos y le fracturó la mano, además de múltiples heridas en el rostro.

La chica no tuvo tiempo de reaccionar ni de defenderse. Caída en el suelo boca abajo, el agresor siguió atacándola.

Mientras tanto, según la acusación, el padre de la joven se levantó del suelo y trató de huir, momento en que el Viéitez corrió tras él dejando malherida a la chica. Carlos Álvarez, en su huida, se cayó al suelo y trató de cubrirse la cabeza con los brazos para defenderse del nuevo ataque. El acusado, según el fiscal, dirigió la desbrozadora a la cabeza de su vecino causándole cortes en los brazos, hasta dejar los huesos a la vista, y en la cabeza, golpeándole con la máquina antes de huir ante la presencia de una testigo.

José Luis fue detenido el día del crimen en su domicilio, colindante con el de las víctimas. También se le aplica la atenuante de confesión, pues José Luis Viéitez reconoció que fue quien agredió a las víctimas. El acusado no pudo prestar declaración durante varios meses tras los hechos, ya que estuvo sometido a tratamiento médico.

La defensa, como primera alternativa, solicita que "dada la existencia de circunstancias eximentes de la responsabilidad penal, no cabe imponer pena de prisión, solicitando la imposición de la medida cautelar de libertad vigilada por un período máximo de cinco años", aunque plantea otras opciones de manera subsidiaria.