La Policía Nacional y la Guardia Civil mantienen activos actualmente un total de 63 casos de desaparición en la provincia de Pontevedra, según los datos actualizados a 31 de diciembre del pasado año por el Ministerio del Interior. Se trata casi de un 70% más que en el anterior informe de 2017, en un incremento que se registra igualmente a nivel estatal y que la Policía explica, entre otros factores, por un incremento del número de menores fugados de centros de acogida o de reforma. De hecho, aquellas desapariciones más preocupantes, las catalogadas como de "riesgo alto", se mantienen en un número de 6 en la provincia, es decir, los mismos casos que se arrastran de años anteriores y que siguen sin resolver.

Entre ellos, por ejemplo, el que mantiene conmocionada a la sociedad pontevedresa desde 2010, como es la desaparición de Sonia Iglesias.

La base de datos de personas desaparecidas va incluyendo poco a poco casos sin resolver anteriores a esa fecha, tal y como recoge el informe. Algunos han ocupado muchas páginas en los medios. Es el caso de la pareja viguesa formada por Francisco Fernández y María Victoria Méndez. El matrimonio desapareció el 3 de diciembre de 2004, dejando las maletas preparadas para un viaje que iban a realizar. Poco después, su coche fue hallado completamente calcinado y con varios orificios de bala.

También sigue abierto el caso de Guillermo Collarte. El caso del empresario que vivía a caballo entre Ourense y Nigrán es uno de los más antiguos. Desapareció en octubre de 1999 cuando acudió a Portugal por negocios. Ya había sido víctima de un secuestro.

A la espera de resolución se encuentran también la desaparición de la viguesa Ana María Fernández, cuya pista se pierde en abril de 2008 cuando viajaba con su esposo y su hijo deVigo hacia Barbate. Se bajó enfadada del coche en la A-52 y allí se perdió su pista.