Un vecino de Vigo vivía a lo grande a costa de las identidades de otros hombres que conocía en páginas de contactos entre adultos de Internet. Quedaba con las parejas con las que contactaba y se hacía con sus documentaciones y datos personales, usándolos después para abonar todo tipo de servicios y compras, desde aparatos informáticos y electrónicos, a servicios de estética e incluso la adquisición y matriculación de una motocicleta. Pero la Policía Nacional viguesa puso a una estafa que superaba ya los 30.000 euros y procedió a su detención. En concreto se le imputan delitos de usurpación

Una vez en la comisaría, los agentes comprobaron que el hombre, español y de unos 40 años de edad, es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad: tiene otros siete antecedentes previos y era buscado por dos juzgados de la ciudad olívica, el de Instrucción 8 por una causa abierta que aún está en fase de investigación, y el de Penal 3 para cumplir los 2 años de cárcel que se le impusieron por otro delito similar.

El detenido pasó ayer a disposición judicial y, tras tomarle declaración, el magistrado del Juzgado de Instrucción número 8 -en funciones de guardia- le dejó en libertad con cargos y fijó diez días de plazo para que ingrese en prisión cumpla la condena pendiente.

La investigación comenzó a raíz de la denuncia presentada en la comisaría por un vigués que recibió diversos cargos en sus tarjetas, realizados sin su consentimiento. La mayoría de las compras procedían de grandes superficies comerciales y se referían a la adquisición de artículos electrónicos de prestigiosas marcas. También figuraba una retirada de efectivo con una empresa de microcréditos personas, y dos abonos en un cajero.

Con la investigación en marcha, se descubrió una nueva víctima por hechos similares. Se trataba de un vecino de Vigo a cuyas cuentas bancarias e cargaron pagos en varias joyerías de la ciudad, en clínicas de estética, gasolinera y cafeterías.

Un tercer grupo de pagos permitió a los investigadores del grupo de delincuencia económica, de la comisaría viguesa, Udev-1, descubrir que el responsable de las estafas contactaba con sus víctimas a través de una página web de adultos en Internet. La estafa superaba ya entonces los 30.000 euros, y no paraba de crecer, según fuentes de la investigación porque "era muy complicado seguir la pista a este varón, ya que utilizaba distintas herramientas para ocultar el rastro del dinero".

Fuentes policiales inciden en que "el grado de sofisticación técnica era tal, que incluso llegó a comprar y matricular una motocicleta que usaba habitualmente para sus desplazamientos". Los agentes finalmente consiguieron dar con su pista al encontrar en venta unos robots de cocina de una conocida y exclusiva marca de electrónica de consumo.

El dispositivo para la localización y detención del presunto estafador dio sus frutos a última hora de la mañana del martes. Varios agentes lo arrestaron cuando llegaba a su domicilio. En comisaría se comprobó que tenía otros siete antecedentes previos y dos órdenes de detención y personación emitidas por los Juzgados de Instrucción 8 y Penal 3 de Vigo.