Tras cinco jornadas, el juicio contra Carlos V.I., el hostelero acusado de abusar y enviar imágenes de cariz sexual a menores, quedó ayer visto para sentencia en la Audiencia de Vigo. La Fiscalía mantuvo su petición de 54 años de prisión para "papuchi". También hicieron lo propio las dos acusaciones particulares, una de las cuales eleva su solicitud hasta los 123 años de cárcel. Los cambios que sí introdujo este abogado en su calificación definitiva fueron encaminados a pedir más penas accesorias para el acusado por su "falta de arrepentimiento" y "por no pedir perdón". Y es que el procesado se declara inocente y niega todas las acusaciones. Su letrado demandó su libre absolución.

Tras la comparecencia de un policía nacional que ratificó los informes del volcado de información contenida en los dispositivos analizados en el caso -dos teléfonos, un ordenador y una tablet del acusado y los terminales móviles de los menores-, las partes emitieron sus informes finales. La Fiscalía desgranó cada hecho que atribuye a "papuchi", algo en lo que también ahondaron los dos abogados de los menores y sus familias.

Una prueba clave son los testimonios de los más de 20 adolescentes que esta semana comparecieron ante el tribunal que deberá emitir sentencia. Cinco tenían menos de 16 años. Las acusaciones expusieron que sus declaraciones ratifican lo que expusieron ante los policías de la UFAM y la juez instructora, sin entrar en contradicciones. Recalcaron que todos relatan un mismo patrón de conducta del procesado, en cuanto a la captación, el que los invitaba a comer o a copas en su restaurante y sobre los actos sexuales o de envío de fotos que se le atribuyen. Incidieron en que eran chavales de grupos distintos sin relación entre ellos.

Una acusación particular, junto a la pena de cárcel, introdujo una petición de más penas accesorias, como libertad vigilada, que "papuchi" se someta a terapia de educación sexual o que se le impida acercarse a lugares o eventos donde haya menores, así como desarrollar trabajos donde pueda tener contacto con ellos. Junto a los testimonios de las supuestas víctimas, la sala cuenta con el material volcado de los dispositivos. Lo que no están son las fotos que presuntamente el acusado enviaba por "Snapchat", ya que esta red social "autodestruye" los archivos una vez vistos por el receptor.

La defensa pide la absolución. El abogado dijo que su cliente es inocente y que el relato de los jóvenes entra en contradicciones. También alegó que las declaraciones que los menores prestaron al inicio ante la Policía están viciadas, ya que los interrogatorios comenzaron sin ponerlo en conocimiento de la Fiscalía. El acusado hizo uso de su derecho a la última palabra antes del fin del juicio. Lo hizo para agradecer al tribunal el trato durante la vista y para señalar que ahora queda a la espera de la decisión que se adopte.