Miles de estafados y un fraude de millones de euros a lo largo de 20 años han quedado al descubierto en la investigación al grupo funerario El Salvador de Valladolid, que cambiaba en el momento de la incineración ataúdes de alta calidad por otros más baratos para revenderlos, al igual que hacía con las coronas de flores.

La operación Ignis se saldó por el momento con 15 detenidos, entre propietarios del grupo empresarial y empleados, y se ha intervenido casi un millón de euros en el registro de la vivienda de uno de los directivos de la funeraria. El fraude cobra especial importancia porque "toca la fibra sensible" de los ciudadanos cuando se sienten "más vulnerables", cuando pierden a sus seres queridos y el "ultraje es mayor" en el momento del "último adiós", resumió ayer la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones.