La Policía avanza en la investigación del asesinato del octogenario vigués Manuel Alonso Pontillón, si bien las numerosas contradicciones en las versiones de familiares y testigos dificultaron inicialmente las pesquisas. De momento se desconoce quién o quienes mataron a golpes al antiguo trabajador de Citroën, y dónde se cometió el crimen. Agentes de la Policía Científica regresaron ayer al domicilio de la víctima en Sárdoma y "peinaron" los alrededores en busca de pistas que permitan determinar donde tuvo lugar el ataque y reconstruir las últimas horas del fallecido. Para ello varios agentes rastrearon el trayecto que supuestamente habría realizado la víctima entre el Alcampo y su casa.

Las pesquisas descartan de momento que el anciano fuera asesinado dentro de su vivienda, así como en el lugar donde se halló el cuerpo, a unos 600 metros de su domicilio, pues apenas se encontró sangre pese a fuertes los golpes propinados en la cabeza que desfiguraron al octogenario.

Las decenas de muestras y pruebas recogidas tanto en el lugar donde apareció el cuerpo, con los pies atados y tapado con bolsas de plástico y vegetación, como en su domicilio, han sido remitidas a laboratorios especializados de Madrid y A Coruña para su análisis. También se han enviado muestras biológicas a los laboratorios de toxicología de Madrid para completar el informe de la autopsia.

Uno de lo mayores problemas en la investigación es determinar con exactitud la fecha de la muerte de Manuel Alonso Pontillón. Hay diferentes versiones sobre el último día en que fue visto con vida -en principio se barajaba el 26 de diciembre, si bien hay vecinos que dicen haberlo visto a principios de enero-; además el frío de la última semana permitió una buena conservación del cuerpo, lo que dificultaría determinar la fecha exacta del óbito.

En el nuevo registro de la vivienda del víctima ayer, estuvieron también presentes una de las hijas del octogenario y su marido. Mientras se recogían muestras, en la comisaría viguesa se tomaba declaración ya de forma oficial a una decena de familiares y vecinos, entre ellos el hijo pequeño de Manuel Alonso, que reside en una vivienda en la misma finca familiar que su padre. También se tomó declaración a otros allegados del fallecido. El octogenario tenía cinco hijos, si bien las relaciones entre ellos serían complicadas, según explican fuentes próximas a la familia.

Un posible robo y el entorno de la víctima son dos de las vías en las que se indaga. Los investigadores dan prácticamente por descartado que el octogenario, que enviudó el pasado mes de noviembre, se moviese con grandes sumas de dinero encima como aseguraron algunos de su familiares directos.

Vigo registró en apenas 48 horas tres muertes trágicas por motivos distintos y en un radio de apenas 5 kilómetros. La Policía Nacional investiga también la muerte de un hombre en Beade que apareció flotando en el regato Barxas. Descartado el ahogamiento -dado que el agua le daba por los tobillos- y el suicidio, se espera que la autopsia revele el motivo del óbito. La Policía Local, por su parte, investiga el atropello mortal de Sárdoma.