Un abogado con despacho en Vigo que estudió la carrera en la cárcel mientras cumplía condena por un alijo de droga en 2007, estaría al frente de la organización que trató de introducir en Galicia un camión con 64 kilos de heroína valorado en 2,8 millones de euros -considerado uno de los mayores alijos de este tipo de droga a nivel nacional en los últimos años- y que fue apresado en una nave de Caldas de Reis en agosto de 2017, según el auto con el que la magistrada de Instrucción 1 de Vigo cierra la investigación judicial y propone la apertura de juicio oral.

La jueza acuerda que la causa se siga contra doce personas, incluida la estructura de origen búlgaro que cayó. Todos ellos se encuentran en prisión provisional desde su detención -se han desestimado todas las peticiones de excarcelación- excepto el letrado vigués que nunca llegó a entrar en la cárcel y fue el último en declarar, a finales de octubre.

La jueza, a tenor de lo investigado, considera al abogado Manuel E.M. una pieza clave de la organización como "principal ideólogo, responsable y financiero" junto con el hostelero vilanovés Juan Jesús V. P. , quien como su mano derecha llevaría el peso directo de la operación. Ambos coincidieron en prisión hace más de una década condenados por alijos distintos, y guiarían y coordinarían entre 2016 y 2017 a los otros cinco gallegos investigados en la causa. Primero con intención de introducir grandes transportes marítimos de cocaína, que se frustraron, y de forma paralela los 64 kilos de heroína. Un transporte terrestre organizado con un grupo búlgaro y frustrado por la unidad contra el crimen organizado de la Policía Nacional, Greco Galicia, cuando se descargaba en una nave de Caldas de Reis.

La magistrada de Instrucción 1 de Vigo considera que hay indicios suficientes contra los dos supuestos cabecillas y sostiene en su auto que en coordinación con el resto de detenidos "actuaron de forma conjunta y guiados por el interés de obtener un beneficio económico" con el objetivo de materializar distintas operaciones de introducción de drogas, tanto cocaína como heroína en España.

Los siete gallegos y los cinco ciudadanos búlgaros implicados en la causa organizaron el alijo de heroína, según la magistrada, pero la irrupción policial tuvo lugar en pleno traslado desde el habitáculo oculto del camión, diseñado a tal efecto y que se abría accionando el sistema hidráulico de elevación del remolque, a la furgoneta a la que iba a ser transbordada. Al chófer del camión búlgaro se le intervinieron 47.000 euros, probablemente en pago a sus servicios.

En el interior de la nave y sus alrededores, en labores de vigilancia, fueron detenidos la mayoría de los investigados. Al día siguiente fue arrestada en su puesto de trabajo la única mujer que cayó en la operación, un arousana amiga del presunto cabecilla Juan Jesús V.P., que escondía en un zapato un papel manuscrito con anotaciones, con números de teléfono y un plano para llegar al bar del hostelero en Vilanova de Arousa.

El auto judicial considera que los hechos pudieran ser constitutivos de un delito de tráfico de drogas concurriendo las circunstancias de notoria importancia, así como dos delitos de integración en grupo criminal, por un lado la rama gallega atribuida al abogado y al hostelero, y por otro la rama búlgara. Las intervenciones telefónicas y los seguimientos policiales, según la magistrada, han resultado imprescindibles para desmantelar esta organización.

En el caso del letrado los seguimientos son claves, pues no realizaba llamadas comprometedoras por teléfono sino que prefería encuentros personales.

El papel de los subordinados arousanos implicados sería, además de buscar la nave de Caldas, realizar servicios de contravigilancia en las reuniones y descargar la droga. El único sobreseimiento es para el dueño de la nave que la prestó sólo por unas horas a otro de los arousanos imputados.