Agentes del Cuerpo Nacional de Policía trabajan en las últimas semanas en la localización de un hombre al que se atribuyen tocamientos a cuatro niñas de entre 13 y 16 años en el barrio de As Atochas-Monte Alto y a otras tres en la zona de Juan Flórez y A Falperra, en A Coruña., según las denuncias presentadas en la comisaría por sus familiares durante el último mes. La intervención de la policía, que ha montado dispositivos para intentar localizar al individuo, hizo que en los últimos días se haya trasladado de la primera zona en la que operaba para evitar ser detenido.

El sospechoso tiene entre 40 y 45 años, mide 1,75 metros y tiene el pelo corto, a lo que suma el uso de gafas en algunas ocasiones, según la descripción proporcionada por las menores. De acuerdo con la información facilitada por las denuncias interpuestas, el método mediante el que opera este hombre es el mismo en todos los casos, ya que siempre aborda a las niñas por la tarde cuando entran en el portal de sus casas y procede a tocarlas, tras lo que abandona el lugar a la carrera.

La Brigada de la Policía Judicial y la Unidad de Familia y Mujer trabajan desde hace un mes en la localización del autor de los hechos, cuya comisión en tan poco tiempo y con las mismas características lleva a hacer sospechar que se trata de una persona desequilibrada, según fuentes policiales.

La alerta generada en las familias de las menores afectadas por estos hechos hizo que advirtiesen a sus conocidos para prevenir nuevos ataques, por lo que la noticia se ha expandido de un modo muy rápido en los últimos días. Este periódico ha confirmado en fuentes policiales la existencia de las denuncias presentadas, así como la puesta en marcha de las investigaciones para tratar de capturar al sospechoso.

Uno de los últimos casos conocidos de abusos de esta clase en A Coruña fue cometido en 2014 por un hombre que abordó a una menor abordó a la niña en la calle y le dijo que se sentía "atraído por ella", tras lo que le dio dos besos en la mejilla. Luego conversó con ella y supo que se trataba de una menor de edad porque le dijo qué curso estudiaba, a pesar de lo cual la siguió hasta el portal de su casa y entró en el mismo.

Una vez dentro, el hombre la llevó hasta una pared y la besó en los labios y el cuello mientras la menor intentaba zafarse de él, que continuó abusando de ella con tocamientos por todo el cuerpo. La aparición de dos vecinos a través del ascensor hizo que el individuo se separara de la niña para intentar disimular y que abandonase el edificio, aunque antes de hacerlo le arrebató el teléfono móvil y efectuó una llamada al suyo para quedarse con su número. Al marchar, la amenazó con que si daba cuenta de los hechos la acosaría a través de llamadas.