Una nueva tragedia en un concierto con público adolescente recuerda a la tragedia de 2012 en el Madrid Arena. Cinco adolescentes y una mujer adulta murieron a la una de la madrugada de ayer en una avalancha ocurrida en un concierto de rap en una discoteca de Corinaldo, cerca de Ancona, en la costa adriática italiana.

Los jóvenes que perdieron la vida fueron tres chicas y dos chicos, tenían entre 14 y 16 años de edad; la mujer, que iba con su hija, 39. El incidente dejó un centenar de heridos. Se teme por la vida de diez de ellos.

¿Gas pimienta?

Se sospecha que la avalancha se produjo después de que alguien dispersase una sustancia urticante, quizá gas pimienta. Los jóvenes huyeron pisándose unos a otros, en un local con exceso de aforo.

Un portavoz de los Carabineros, Cristian Carrozza, explicó que no se ha podido aclarar "qué motivó la estampida". El portavoz añadió que "había tres salidas de socorro y una fue utilizada".

En el local, Lanterna Azzurra, situado en medio del campo, había un millar de personas para ver a Sfera Ebbasta, el "rey del trap", un rapero muy popular.

"Estábamos bailando esperando que empezara el concierto cuando sentimos un olor agrio", contó un joven de 16 años que resultó herido. "Corrimos hacia una de las salidas de emergencia, pero la encontramos bloqueada, los porteros nos dijeron que volviéramos a entrar". La masa se dirigió hacia un pequeño puente peatonal que da sobre el parking. La presión de los jóvenes provocó que decenas cayeran.

Halloween 2012

El suceso de Ancona trae el recuerdo de la otra gran tragedia de este que se ha registrado en los últimos años, la avalancha del Madrid Arena en la noche de Halloween de 2012. También había un exceso de aforo en el recinto madrileño, aunque la razón de la estampida fue que cientos de jóvenes se colaron para ver el concierto de Steve Aoki. Fallecieron cinco chicas.

El Tribunal Supremo confirmó el pasado mes de marzo las condenas al organizador del evento, Miguel Ángel Flores (4 años), el médico del evento, Simón Viñals, y otros miembros que formaban parte del equipo de Flores y de la empresa de seguridad.

En el recinto madrileño no había medios de ningún tipo para atender a las jóvenes aplastadas por la avalancha.