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El Juzgado de Porriño concluye la investigación

El herido por el disparo de balines de un compañero: "Perdí la salud y el trabajo"

"No me auxilió: me dejó tirado en el suelo", recuerda Khalifa Errahali un año después del suceso - El cierre de la instrucción deja sin efecto diligencias previstas y pruebas solicitadas

Un año después de que su compañero de trabajo le disparara en plena cara con la escopeta de balines del jefe en un taller de Porriño, Khalifa Errahali es tajante: "Me destrozó la vida, perdí la salud y el trabajo". El joven, de 31 años, a tratamiento psicológico y pendiente de una nueva intervención para que le retiren las esquirlas del balín que el autor del tiro le encajó en la frente, justo entre ambos ojos recuerda: "Vino a por mi. No me auxilió. Me dejó tirado en el suelo mientras sangraba y pedía ayuda a gritos. Se ve claramente en la grabación de los hechos que recogió una de las cámaras de seguridad de la empresa" . Una versión que difiere de la del investigado, que alega que manipulaba la carabina en plan de broma y que se disparó sin querer.

La grabación recoge como Khalifa se alejaba de su compañero cuando éste cogió la carabina y le apuntó. Después baja el arma y la manipula, y cuando la víctima se gira como para decirle algo dispara y el herido cae al suelo. Momento en el que su compañero se aleja de él y se tapa la cara. El Juzgado de Instrucción 3 de Porriño, en el que recayó este asunto, ya ha dictado el auto que adecua las diligencias por el trámite del procedimiento abreviado y considera que existen indicios por la presunta autoría de un delito de lesiones, y propone la apertura de juicio oral. Una decisión que ha sorprendido tanto a la defensa como a la acusación particular, que han recurrido la decisión al estimar indefensión por no haberse practicado todas las pruebas solicitadas. También debe pronunciarse la Fiscalía al respecto.

Y es que el auto del juzgado porriñés revoca la declaración del responsable de la empresa donde ocurrieron los hechos, fijada justo para una semana después. Entre las pruebas pendientes figura que se oficie de la Guardia Civil la reconstrucción de los hechos para ver si hubo intencionalidad en el disparo.

Además, se requieren los antecedentes penales tanto del supuesto autor del disparo como del propietario del taller y dueño de la carabina, y que el forense revise la nueva documentación médica tras detectarse restos de esquirlas en las proximidades del ojo de la víctima que sufre importantes molestias.

También se solicita el comiso de la carabina, que se requiera a la empresa la póliza de seguro de responsabilidad civil, que se aporten los expedientes abiertos por la Inspección de Trabajo a raíz de los hechos y copia del expediente sancionador. "Mi jefe primero me ofreció de todo, pero en cuanto me dieron el alta forzada en la mutua me dijo que ya no tenía trabajo allí. Me despidió. Desde entonces sigo con revisiones médicas. Lo peor es que llegaron a pensar que simulaba las molestias, hasta que la resonancia ha demostrado que tengo aún esquirlas. Llevo un año con mucha ansiedad, con numerosas citas médicas y sin saber a qué obedecían el dolor y las molestias por la alteración de la sensibilidad de la zona", expone Khalifa. El joven ha tenido que dejar otros trabajos que el salieron por su problema de sensibilidad en los ojos, ya que disolventes y otros productos le afectan, así como el frío y el calor.

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