Servicios de emergencias y voluntarios continúan con las faenas para recuperar la normalidad en el Levante de Mallorca tras la catástrofe causada por la tromba de agua que causó la muerte de 12 personas, mientras se busca sin parar a Artur, el niño de 5 años desaparecido en la torrentada.

Especialistas del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y bomberos comenzaron a primera hora del día de ayer la búsqueda del niño que el martes fue arrastrado junto a su madre en Ses Planes, el principal foco de destrucción en la mayor catástrofe natural de la historia reciente de Mallorca.

Se centraron en la zona del torrente próxima al polideportivo de Son Carrió, donde fueron hallados objetos de su propiedad, una mochila localizada por un perro.

En paralelo a esta búsqueda, Son Llorenç fue el escenario de una masiva manifestación de solidaridad. Desde primera hora de la mañana personas de todas las edades, familias y grupos de amigos han ido tomando el pueblo, al que llegaban con palas, cubos, carretillas, rastrillos y hasta máquinas de agua a presión.

Casi 1.100 ciudadanos, según la dirección general de Emergencias del Govern, se inscribieron y fueron distribuidos en cuadrillas por las calles, en casas, almacenes y cocheras, para sacar lodo, achicar agua, acarrear enseres enfangados, regar, fregar y cualquier otra tarea que requerían los vecinos y los responsables de los cuerpos que intervienen en el operativo.

El material y la comida que se consumió, en caso de que no los trajeran, lo enviaron empresas y entidades. Estos materiales se almacenan, junto a ropa y menaje de hogar en el teatro municipal, otro de los centros de operaciones de los voluntarios y al que afluyen vecinos necesitados que han perdido sus enseres entre el fango.

Para mañana y el domingo ya está repleto el cupo de voluntarios requeridos, aunque nada podrá impedir que, como hoy, muchos solidarios arrimen el hombro sin pasar por el registro oficial. Los responsables de Emergencias se han congratulado del buen aprovechamiento de una avalancha que no pilló a nadie por sorpresa.

Pero por encima de los daños materiales multimillonarios de la torrentada siguen pesando los dramas de las doce vidas perdidas (siete hombres y cinco mujeres; seis españoles, tres alemanes, dos británicos y una holandesa) y de los desaparecidos. Por el momento y de forma oficial, solo se encontraría el menor de 5 años, cuya madre falleció al intentar ponerlo a salvo.