Las ciberestafas a empresas en Vigo y su área no cesan. La Policía Nacional investiga una sucesión de fraudes de los que, según informaron fuentes de la comisaría viguesa, fueron víctimas casi una quincena de sociedades de la ciudad olívica. Entre las firmas afectadas varias son del sector pesquero y hay también organismos públicos. La modalidad utilizada por estos delincuentes que operan a través de internet es la que se conoce como "estafa del CEO". En la mayoría de los casos las empresas recibieron correos electrónicos que supuestamente les habían enviado clientes o proveedores suyos, en los cuales les requerían el pago de una cuantía en un número de cuenta diferente al habitual. En realidad, los timadores habían suplantado a los verdaderos proveedores. Las cantidades solicitadas oscilaron entre los 80.000 y el millón de euros. En este último caso, en el que el fraude, de llevarse a cabo, sería millonario, los responsables de la empresa sospecharon y no llegaron a abonar la cantidad. Pero en algunos otros, relatan las fuentes oficiales, sí cayeron en el engaño.

A principios de esta misma semana la Guardia Civil informaba de dos casos de este tipo de estafa en la zona del Val Miñor, concretamente en empresas de Nigrán y Gondomar. Una de ellas perdió 20.000 euros. La otra a punto estuvo de que le timaran 100.000. El Instituto Armado sospecha que los ciberdelincuentes también atacaron a sociedades de la zona de Porriño y Mos. Ahora es la Policía Nacional la que advierte asimismo sobre esta clase de timos al detectar que casi una quincena de empresas, todas ubicadas en el municipio de Vigo, sufrieron estos ataques a través de internet. Entre las mismas, hay varias del ámbito pesquero, otra de servicios, una de limpieza y, según concretaron las fuentes, también algunos organismos públicos.

Llamada telefónica

En la mayoría de los casos los estafadores suplantaron a proveedores o clientes de estas empresas viguesas, enviando un correo electrónico que en apariencia parecía real, solicitando el abono de una factura e informando en el mismo texto de que había habido un cambio en el número de cuenta bancaria. La Policía Nacional también pudo comprobar que en ocasiones la notificación por escrito iba precedida por una llamada telefónica en la que un interlocutor relataba que ahora trabajaban con otra entidad bancaria y que remitirían vía email el nuevo IBAN (International Bank Account Number).

No es demasiado difícil caer en el engaño, ya que en todos los casos los correos electrónicos parecían reales y los dominios que usaban los estafadores variaban apenas en un punto o alguna letra con respecto al del proveedor real. Incluso, precisa la comisaría de Vigo, los agentes han podido comprobar que se usaban cuentas personales corporativas de trabajadores de esas sociedades con mínimos cambios para no levantar sospechas.

Algunas estafas se consumaron. Como una empresa que hizo un pago de 80.000 euros. Otras sociedades se dieron cuenta de que algo no iba bien. Como el caso de una en la que la factura que se reclamaba superaba los 300.000 euros. La responsable del departamento de administración, extrañada por la cuantía, telefoneó a la empresa que supuestamente se la había emitido. Y lo que le dijo este cliente es que no había cambiado el número de cuenta y que ni siquiera habían enviado todavía la factura. A mayores, la cuenta en la que los defraudadores esperaban recibir su botín se correspondía con una entidad domiciliada en un paraíso fiscal, lo cual no coincidía con la política fiscal de la sociedad suplantada.

Días después de recibirse esta denuncia, en la comisaría viguesa se presentó el responsable de una firma pesquera para denunciar otro fraude que tenía un modus operandi distinto. El empresario había recibido una carta en la que un cliente le solicitaba el envío de pescado a un puerto de destino ubicado fuera de las rutas comerciales habituales. Desde Vigo contactaron con ese cliente y éste les dijo que él no había cursado dicha orden.

Ante este caso, la Policía contactó con otras empresas del sector, descubriendo como varias de ellas también habían recibido correos electrónico trampa, solicitando asimismo pagos de facturas o envíos de mercancía.