El Juzgado de Instrucción 1 de Vigo ha levantado el secreto de sumario que pesaba sobre una de las principales aprehensiones de heroína en Galicia en los últimos años: los 64 kilos de esta sustancia intervenidos en un tráiler oculto en una nave de Caldas el pasado mes de agosto. El golpe asestado por Policía Nacional y Vigilancia Aduanera permitió desarticular una importante organización internacional formada entre gallegos y albaneses que pretendía distribuir la heroína por España y Portugal. Los once detenidos, cinco arousanos, cinco albaneses y un portugués afincado en Vilagarcía, permanecen en prisión provisional desde entonces.
Los investigadores seguían los pasos al grupo arousano atribuido a Juan Jesús Ventoso Padín desde un año antes, cuando preparaban el transporte de más de una tonelada de cocaína en un barco hasta las costas de Galicia. Pero la operación se frustró porque los proveedores colombianos se quedaron con el dinero adelantado por los gallegos sin facilitarles la mercancía. Entonces, para resarcirse de la pérdida económica, los arousanos se aliaron con una organización albanesa para la distribución al por mayor de heroína.
Pero las fuerzas antidroga interceptaron en Caldas los 64 kilos de heroína que conformaban el mayor alijo del año en toda España. Un cargamento valorado en 1,7 millones de euros que se hubiera multiplicado casi por diez en la venta al menudeo. El precio del kilo de heroína pura que llega por la ruta de los Balcanes ronda los 27.000 euros, pero de cada kilo se sacan casi diez más una vez cortada la droga.
La única mujer detenida en la operación, ha visto rechazadas todas las peticiones de libertad presentadas por su defensa. Ella asegura que desconocía cualquier aspecto de la operación y que uno de los supuestos cabecillas, con el que tenía relación, duplicó la tarjeta de su teléfono y los usó para realizar contactos que ahora se le atribuyen a ella. Pero sus explicaciones no convencen ni a la juez instructora ni a la Audiencia de Pontevedra. Hace apenas unos día se denegaba su tercera petición de libertad.
El auto expone que al ser detenida, los agentes hallaron una nota oculta en su zapato, con números de teléfono, claves y datos del almacén donde se ocultaba la droga. Su petición de libertad se deniega al considerarse que existe riesgo de fuga ya que se "constatan" indicios racionales "de la comisión de un presunto delito de tráfico de drogas que causa grave daño a la salud (heroína), en cantidad de notoria importancia, cometido en el seno de una organización criminal castigado con penas de más de 9 años de prisión".
Así, ven indicios de que fue ella quien se ocupó directamente de buscar una nave donde pudiera ocultarse el camión con la droga, la que facilitó su teléfono a otro de los cabecillas arousanos para establecer contactos y quien en el momento de su detención "llevaba escondido un papel en el zapato con teléfonos y otras anotaciones con un mapa que bien podría ir destinado a algún miembro de la organización". Una tesis que avalarían también las escuchas telefónicas, así como los contactos que la madrugada del 17 de agosto del año pasado -día en que se incautó la droga- intentó establecer con otros investigados.
La jueza instructora va más allá y considera que "desde el inicio mismo de la investigación mostró una implicación directa pues fue ella la que hizo la reserva en el Hotel Louxo de A Toxa para el presunto intermediario colombiano con que quien se iba a materializar una primera operación de tráfico de cocaína que no fructificó".
