La Policía ha liberado a tres mujeres nigerianas obligadas a prostituirse en el polígono Marconi en Madrid y ha detenido a cuatro personas, tres en la capital española y una en Reino Unido, que han ingresado en prisión preventiva, en el marco de una operación contra la trata de seres humanos.

Según informa la Dirección General de la Policía, las víctimas eran captadas a través de parientes cercanos en su país de origen y cuando llegaban a territorio español eran obligadas a ejercer la prostitución en jornadas diarias de 12 horas, sometidas a través de rituales de vudú.

Las mujeres debían ingerir un corazón de gallina que había sido sacrificada en su presencia para realizar un juramento de fidelidad a la red, creyendo que de incumplirlo serán víctimas de todo tipo de males, tanto ellas como su familia.

Según explica la Policía, la organización criminal se aprovechaba de su vulnerabilidad y falta de medios para embaucarlas prometiéndoles un futuro mejor en Europa y ejercían un fuerte control sobre ellas por su creencia en los ritos de vudú, arraigados en la zona del África occidental.

Una de las mujeres fue captada cuando tenía 15 años y comenzó su viaje hacia Europa en 2014, hasta llegar a las costas italianas dos años después. Durante la ruta por el norte de África ya había sido explotada sexualmente por el miembro de la organización que le acompañó en su viaje.

Aunque las víctimas fueron captadas en distintos momentos, todas realizaban la ruta Nigeria, Niger y Libia, utilizada normalmente por este tipo de organizaciones criminales hasta embarcarlas rumbo a Europa.

Una vez en el campamento italiano recibían instrucciones para que se dirigieran a la ciudad de Brescia (Italia), donde las recogía la persona encargada de organizar su traslado en avión hasta Madrid. Cuando llegaban a la capital española, eran entregadas directamente a sus explotadoras, quienes las alojaban en sus domicilios y les informaban de la verdadera finalidad del viaje: ejercer la prostitución en jornadas diarias de 12 horas.

Las mujeres debían entregar todos los beneficios obtenidos para saldar la deuda que habían contraído con la organización, en este caso unos 30.000 euros, junto con los gastos del alojamiento, la manutención y la conexión a internet.

La investigación comenzó al detectar la policía en el polígono Marconi a las tres mujeres; tras una breve entrevista con las víctimas, se procedió a la detención de las cuatro personas implicadas. La persona arrestada en el Reino Unido era la encargada del traslado de las mujeres desde Italia hasta España y para su detención agentes de la Policía Nacional se trasladaron al país anglosajón, para colaborar con la National Crime Agency (NCA) y la West Midlands Police.