Transcurridos unos minutos tras el desplome del Puente Morandi y cuando los escombros convertidos en polvo y humo dejaron al descubierto la tragedia, la imagen era gris y verde. El verde lo ponía la silueta de un camión de reparto, frenado al borde del precipicio. Su conductor, veterano y experto, tuvo tiempo y suerte para frenar a apenas diez metros del abismo.

"Está en estado de shock", aseguraron en su empresa, Damonte Transporti. Pero a pesar del susto, el conductor volvió a nacer ayer. Al menos otras 35 personas -según algunas fuentes- no tuvieron esa fortuna, y todo hace indicar que el balance de víctimas mortales aumentará en las próximas horas.

Eran las doce del mediodía. Un tramo de más de cien metros de longitud, en ambos sentidos, se desplomó en medio de la enorme tormenta, con lluvia, rayos y truenos, que caía en esos momentos sobre Génova.

El derrumbe se llevó consigo un número indeterminado de coches. A primera hora de la noche de ayer se habían encontrado restos de más de treinta vehículos, entre ellos tres camiones. La caída, cerca de 50 metros. Las posibilidades de supervivencia, muy pocas. Las autoridades aseguraron no obstante que había heridos y que algunos pudieron ser rescatados de entre los amasijos de chapa en que quedaron reducidos los vehículos siniestrados.

Todo apunta a un fallo en la estructura de un viaducto, que forma parte de la autopista italiana A-10, terminado de construir en el año 1967 y que estaba siendo objeto de trabajos de mantenimiento y refuerzo. El pánico se apoderó de los conductores y ocupantes de los vehículos que circulaban por el viaducto y que lograron salvar la vida. La mayoría abandonó a toda prisa los coches y huyó a pie hacia tierra firme. La estructura general del viaducto, sin embargo, aguantó sin otros contratiempos.

La autopista A-10, incluyendo el viaducto colapsado, es punto casi obligado de paso para los vehículos que quieren acceder al aeropuerto de la ciudad. Por fortuna el desplome no afectó a ningún autocar ni autobús urbano, evitando así una tragedia mucho mayor.

La parte derrumbada afectó a ambos lados del pilar central del viaducto, que también quedó convertido en escombros. Bajo el puente pasa un río, una calle industrial y un amplio haz de vías ferroviarias. En las inmediaciones abren varias industrias y, un poco más allá, bloques de casas modestas. Muy cerca se ubica una de las principales fábricas de producción eléctrica de Italia.

Parte de la estructura cayó sobre un tramo de esa calzada industrial, alcanzando a varios vehículos que se encontraban estacionados y quizá provocando alguna víctima mortal. Varias edificaciones se salvaron por escasos metros de recibir el impacto de los gigantescos bloques de hormigón desmembrados del viaducto.

Ese viaducto Morandi tiene una longitud de unos 1.180 metros, con dos carriles en cada uno de los sentidos y un tramo recto.

El puente "enfermo", como era llamado, fue realizado por el ingeniero Riccardo Morandi, el mismo autor del puente General Urdaneta de Maracaibo, en Venezuela, uno de los más largos en el mundo. El calificativo de "enfermo" era consecuencia del esfuerzo de mantenimiento y consolidación que requería desde hace años.

En la actualidad esos trabajos estaban en manos de una empresa filial de la constructora Atlantia, cuyas acciones se desplomaron en Bolsa y acabó con un 5% menos de su valor horas antes.

"Delante de los italianos me comprometo a determinar las responsabilidades de un desastre tan inaceptable", anunció indignado el ministro de Transportes e Infraestructuras, Danilo Toninelli.Unos trescientos efectivos de bomberos trabajaron sin descanso en las tareas de rescate. La lluvia cesó en Génova hacia las dos de la tarde lo que facilitó los trabajos y los vuelos de numerosos helicópteros de emergencias.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, aterrizó por la tarde en Génova para "llevar la cercanía de todo el Gobierno a las víctimas" y seguir las labores de rescate. La Unión Europea y la comunidad internacional mostraron su solidaridad con Italia.

El fiscal jefe de Génova, Francesco Cozzi, ha anunciado que iniciará una investigación por "homicidio múltiple y desastre culposo" para depurar responsabilidades por el desprendimiento

Autostrade Italia, que se encarga del mantenimiento del viaducto, ha asegurado que "la causa del derrumbe será objeto de un profundo análisis en cuanto sea posible acceder al lugar con seguridad". Además, ha prometido "reconstruir el viaducto en el menor tiempo posible de una manera eficiente y segura".