El remolcador Titán Tercero, apresado en alta mar el pasado 7 de agosto cargado de cocaína para una alianza de narcos gallegos, llegó ayer al puerto de La Luz en Las Palmas tras casi una semana de travesía desde que fue interceptado entre Funchal y Azores. El alijo viajaba oculto en un doble fondo bajo el castillo de proa y la cantidad intervenida podría superar los 2.700 kilos, pues algunos de los 84 fardos pesan 37 kilos frente los 20 de la mayoría. El capitán, Pedro Rodríguez, y los otros tres tripulantes detenidos a bordo ingresaron en prisión, pues ya habían sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo mediante videoconferencia hace unos días.

Con ellos, son 14 el número de detenidos que ingresaron ya en prisión, entre los que se encuentran los presuntos cabecillas, Víctor Manuel Pérez Santos, condenado por los 4.000 kilos de cocaína aprehendidos a bordo del Oceanía en 2007, los boirenses Mario Otero y Luis Manuel Rodríguez Parada (posibles financieros), el holandés Paul Wouter, a quien vendría destinad aparte de la carga, y Jacinto Santos Viñas, un histórico arousano que habría dinamizado el transporte tras salir en libertad condicional al alcanzar el tercer grado en una condena de 28 años por otros dos alijos de cocaína.

Otras catorce personas quedaron en libertad, entre ellos Manuel Charlín Gama, de 86 años y patriarca de uno de los clanes históricos gallegos y su hijo Melchor. Ambos siguen investigados en la misma causa por organización criminal en relación a otros transportes de cocaína que puso en marcha el grupo y no fructificaron. No obstante, la documentación intervenida en los registros domiciliarios apunta la participación del clan en la búsqueda del narcobarcos, lo que podría vincularles directamente con el alijo.

El Titán Tercero, propiedad de una organización afincada en el sur de España que lo ofrecía al mejor postor para el transporte de grandes alijos de droga, estaba ya bajo sospecha de las fuerzas antidroga. Bautizado como Zumaia II fue detectado inicialmente en Bilbao a finales de 2016, inciándose una investigación conjunta de la Guardia Civil y la Ertzainza, judicializada en San Sebastián, que permitió averiguar los movimientos del barco y que su único objetivo era el transporte de grandes cantidades de droga. A mediados de 2017 se trasladó primero a A Coruña y después a Vigo, momento en el que el Servicio de Vigilancia Aduanera inició otra investigación sobre el remolcador, también en coordinación con Guardia Civil y Ertzainza.

Desde entonces realizó múltiples desplazamiento a Andalucía, Marruecos, Libia y Dakar, acercándose también a las costas de Venezuela, lo que sorprendió en un buque de sus características. Para realizar este transporte de cocaína, el buque cambió su nombre por el de Titán Tercero y dificultar así la investigación

Parte de la droga llegó ayer a Las Palmas a bordo del Fulmar, Buque de Operaciones Especiales del Servicio de Vigilancia Aduanera, y el resto en el Titán Tercero. La embarcación fue abordada por agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) en una operación conjunta de la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Ertzainza y la Agencia Tributaria.

Tras bajar a tierra los detenidos, excepto el capitán, se procedió al registro del buque y a la descarga de la droga, valorada en más de 63 millones de euros en el mercado ilegal.

El coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas, Ricardo Arranz, explicó que esta operación se inició en septiembre de 2016 en colaboración con la Ertzaintza en Málaga, si bien se judicializa en San Sebastián porque el barco, que entonces tenía el nombre de Zumaia II y bandera española, tenía puerto en Bilbao.

Así, fue en mayo de 2017, en su atraque en Vigo, cuando ofrece sus servicios a una organización que estaba siendo investigada por la Policía Nacional, momento en el que entra en escena también este cuerpo, que se coordina con el resto para seguir la investigación y que contó con la colaboración de policía británica.