El origen del voraz incendio que el miércoles se propagó a 600 toneladas de chatarra clasificada amontonada en el exterior de la nave de la empresa de gestión de residuos Alumisel en el polígono de A Granxa en O Porriño, todavía se desconoce si bien las altas temperaturas producidas por la ola de calor podrían haber influído en el origen y desarrollo del suceso, según informaba ayer el subdirector de la firma, Fernando Lodeiro. Durante treinta horas seguidas efectivos de extinción de incendios de casi toda la provincia de Pontevedra y Portugal participaron en las tareas de extinción y refresco de la zona. Tres bomberos resultaron heridos, uno con quemaduras en el hombro, y los otros con golpes de calor y contusiones dadas las elevadas temperaturas que se alcanzaron al arder los metales, según fuentes del parque de bomberos de O Porriño.

En el interior de la empresa se encontraban solo 20 trabajadores, de los 50 que forman la plantilla, ya que había comenzado el turno de vacaciones. Pero el estricto cumplimiento del plan de emergencias previsto facilitó la evacuación de la planta en cuatro minutos sin que nadie resultara herido.

A pesar de lo aparatoso de las llamas y el humo, los daños materiales han sido leves, según fuentes de la empresa: "De las 100.000 toneladas de residuos metálicos que Alumisel gestiona anualmente, se han visto afectadas por el fuego tan solo 600 toneladas, es decir, una pequeña parte del material almacenado en el exterior". Se trata de una de las principales empresas del sector en España: Factura 80 millones de euros y da empleo a 50 personas; además tiene otros centros en Ourense, Vigo y Barcelona.

Las llamas no afectaron a las naves, por lo que ayer mismo se retomaba la actividad mientras los servicios de extinción refrescaban las últimas fumarolas. Además, será la propia empresa quien se encargará ahora de reciclar la chatarra afectada, que es reutilizable.

Fernando Lodeiro agradece el trabajo de todos los efectivos que participaron en la extinción del fuego y la evacuación del personal, así como el de los trabajadores de la empresa que no dudaron en acudir y ayudar en el movimiento de material y las tareas de limpieza pese a estar de vacaciones. "Agradecemos las profesionalidad de los equipos de emergencia y mostramos nuestro agradecimiento a todos aquellos que, de un modo u otro, han prestado su colaboración. También queremos destacar el apoyo recibido desde el primer momento de la alcaldesa de O Porriño, así como de la Xunta de Galicia a través de las consellerías de Presidencia, Medio Rural, Medio Ambiente y Economía", Lodeiro lamentó también los "inconvenientes y molestias" causadas a las empresas colindantes.

Treinta horas contra el fuego

El incendio se dio por extinguido en la mañana de ayer, aunque las tareas de refresco continuaron hasta las diez noche a cargo de los bomberos de O Porriño. Los efectivos de extinción de incendios trabajaron más de 30 horas seguidas desde que comenzó el fuego, a primeras horas de la tarde del miércoles. Una vez que quedó controlado el fuego, la siguiente tarea consistió en ir apagando las llamas en cada una de las diversas montañas de ferralla, formada en su mayor parte, por electrodomésticos y carrocerías de coches.

A medida que se refrescaba el material, una grúa removía los escombros y una pala los cargaba en un camión, que los transportaba a una parcela próxima. Allí, otra grúa y camiones motobombas seguían trabajando, esparciendo el material quemado a lo largo de la parcela y mojándolo. Desde los bomberos de Porriño, señalan que se trasladó a un descampado seguro, en el que, tras ser regado, no habría posibilidad de que se volviesen a reproducir las llamas.