Los incendios más mortíferos que se recuerdan en Grecia se han cobrado ya 80 vidas y no se descarta que la cifra alcance el centenar pues hay muchas personas dadas por desaparecidas, mientras bomberos y protección civil se afanan en retirar escombros de casas y coches calcinados. Los fuegos dejan el mayor balance de víctimas mortales en lo que va de siglo XXI en todo el mundo, después de los ocurridos en Australia en 2009, cuando fallecieron 173 personas. El país reaccionó a la tragedia con una ola de solidaridad por parte de iniciativas privadas y vecinales, autoridades y organizaciones humanitarias.

Todavía es imposible hacer un balance exacto de fallecidos. El último parte emitido ayer por los bomberos arrojaba que decenas de personas seguían en paradero desconocido. Las autoridades aclararon que algunas personas podrían haber vuelto a sus casas sin que sus familiares hayan avisado del regreso. En cuanto a los heridos, de los más de 180, unos 70 seguían hospitalizados, 11 en estado crítico.

La segunda jornada tras los incendios que arrasaron 15 kilómetros cuadrados de una zona a la que muchos atenienses se trasladan en verano estuvo copada de relatos dramáticos, pero también de historias con final feliz. Entre los episodios que más alarma crearon está el de unas gemelas de 9 años perdidas en la localidad de Mati, situada a 30 kilómetros de Atenas y donde se registraron todas las víctimas mortales. Angustiados, sus padres respiraron con alivio al reconocerlas en un vídeo en la televisión. Las pequeñas habían sido rescatadas por un barco que las trasladó hacia el puerto de Rafina. Por desgracia, allí, inexplicablemente, volvieron a desaparecer, lo que ha provocado una ola de preocupación nacional reflejo de la angustia que se vive en todo el país. Los medios de comunicación difundieron sus fotos y se pidió la colaboración ciudadana.

Una historia que terminó felizmente fue la de un hombre de 41 años que se lanzó al mar en Mati huyendo de las llamas y se salvó gracias a que aguantó cuatro horas nadando hasta llegar al puerto de Rafina. Otros no tuvieron su suerte, pues murieron ahogados frente a las olas y vientos que llegaron a superar los cien kilómetros por hora.

Mientras, comenzaron las tareas de desescombro y reparación de las instalaciones eléctricas. En total se quedaron sin electricidad unos 7.500 hogares. El pueblo de Mati, el más dañado, permanecerá sin agua 15 días y sin corriente eléctrica un mes. Según la primera evaluación de las autoridades locales, más de 2.500 viviendas quedaron completamente destruidas, mientras que otras 4.000 sufrieron daños graves.

A pesar de que aún se desconocen las causas de los incendios, los expertos se preguntan la razón de que hubiese tantas víctimas en una sola población. Según el catedrático de Geología de la Universidad Nacional de Atenas, Efthimios Lekkas, Mati presenta los clásicos errores de planificación urbanística de muchos lugares en Grecia, donde las viviendas se construyen pegadas unas a otras, sin apenas calles que permitan cruzar el pueblo transversalmente. Otros expertos apuntan también a las condiciones meteorológicas y a errores de gestión por parte de los bomberos.